martes, 9 de enero de 2018

Seguimos con nogala y olma. ¿Y van?

Lo primero que, por respeto, debo de hacer, es pedir disculpas a mis colegas y amigos rurales por mis reiteraciones sobre temas y palabras que ellos saben mucho mejor que yo. Al mismo tiempo debo pedirles comprensión por mi insistencia porque… ¿tengo otra opción? No podría acostumbrarme a que las ovejas fueran delante del pastor.

Seguimos.

Cuando son –aproximadamente- las 19 horas y veinte minutos del día 18 de octubre de 2017, oigo que la radio dice:

Buenas tardes. Dice Miguel Delibes -en “El disputado voto del señor Cayo”- que la sombra de la nogala es muy traicionera. Bueno, él pone esta frase en boca del propio Cayo -la sombra de la nogala, que no es la sombra del ciprés-. Pero hay más nogalas en los libros de Delibes, como la de la tía Bibiana en “Viejas historias de Castilla la Vieja” por ejemplo. La pregunta es la siguiente: ¿es que no son lo mismo un nogal que una nogala? ¿Es que acaso no son el mismo árbol? Veamos: biológicamente son lo mismo -estamos hablando, en ambos casos, del nogal como árbol- otra cosa es que, en la Castilla rural, se haya cuidado el lenguaje hasta tal punto que se ha llegado a distinguir entre un nogal normal y corriente y un nogal corpulento de tronco más ancho y hermoso. Y eso es precisamente una nogala: un nogal más hermoso. Podríamos decir, más grandón. Así se puede leer este cambio de género en las obras de Delibes como también pasa, -cuidadito-, con olmo y olma. ¿Esto  qué es? Pues para mí es otra riqueza más del español de los pueblos de Castillla y León que diferencian, por su altura de tronco, entre nogal y nogala.

Como lo primero que hace el “experto” -en temas arbóreos, Delibes y lenguaje rural- son dos preguntas, intentaré responder con mi bajo nivel cultural: sí, el nogal y la nogala son lo mismo. Sí, son el mismo árbol, no le quepa a usted la menor duda, aunque a usted –por su bajo nivel en lenguaje rural- le pareciera siempre que nosotros le cambiamos de género.

A partir de aquí me veo en la obligación –aunque ya sé que el “experto” no lo entiende- de aclararle, otra vez más, por qué los hombres y mujeres rurales llamamos nogala a lo que no es más que un simple -más o menos desarrollado- nogal. De nuevo, ahí voy:

Cuando el nogal está aislado (caso del de “el señor Cayo, o el de la tía Bibiana y otros”), por el hecho de crecer aislados, se aprovechan más de aguas y nutrientes del suelo. Por tal motivo se desarrollan más y más rápidamente. Pero le voy a aclarar un poco más: el mismo nogal puede crecer aislado y, -comparado con su entorno- puede parecer exagerado su tamaño, entonces diremos: ¡vaya nogala! 

Pero vamos con el paso siguiente: ese nogal que, en un momento, nos pareció enorme, le incluimos dentro del conjunto de nogales (nogaleda) y no pasa de ser un nogal más.

Usted -que es más listo que el hambre-, ya se ha dado cuenta de que para ser nogala es necesario que el nogal sea -como usted dice- algo más que hermoso.

Todo lo que hemos dicho para el nogal/nogala es igualmente válido para olmo/olma.

Dicho lo dicho y escuchado lo escuchado, esto queda como sigue:

Nogala.- nogal desarrollado que crece –normalmente- aislado, al lado de construcciones o no.
Olma.- olmo que crece aislado y, comparado con el entorno, es de mayores proporciones.

Pero la misma nogala, o la misma olma, si están incluidos en la nogaleda o la olmeda (campo plantado de nogales o de olmos), no pasarían de ser más que un nogal o un olmo más. Eso sí, diríamos… ¡vaya nogaleda, u olmeda! Según su desarrollo o, simplemente, por su capacidad para impresionar nuestro sentido visual (nuestro ojo).

Podríamos añadir más ejemplos, pero ya está bien de aburrir y querer dar clases a los maestros rurales. Mí clase va dirigida a los “expertos” que estén interesados en aprender.

A continuación os presento lo que, sobre nogala, entiende el “experto” en lenguaje rural. Así lo publica en distintos medios, al parecer, tan expertos como él:

Nogala: En los pueblos castellanos suele distinguirse entre árboles masculinos y femeninos más que por su género por su tamaño. Un chopo, especialmente corpulento y de formas redondas, será una chopa; igualmente un nogal, con una gran copa, ancha y poderosa, será una "nogala". (Investigación de campo)

Supongo que con esta vez ya será suficiente para que los “intelectuales” -en lenguaje rural-, les quede claro que la palabra nogala, olma, peza, canalona (no cacanalona)… no es producido por un cambio de género, sino una exclamación ante lo magnífico según el entorno en el que crecen. No, en los pueblos castellanos saben -por naturaleza- lo que es un nogal, un olmo, un chopo, un pez…etc. Fíjese si lo sabrán, que son ellos los que lo siembran o plantan.

Camporredondo, 20 de octubre de 2017