jueves, 25 de junio de 2015

Reeditado

Reeditado el Diccionario del Castellano Rural en la Narrativa de Miguel Delibes

27.01.13 | 11:09h. EUROPA PRESS | VALLADOLID

La Fundación Miguel Delibes y Ediciones Cinca han reeditado el Diccionario del Castellano Rural en la Narrativa de Miguel Delibes, cuya quinta edición verá la luz y será presentado este lunes, 28 de enero, en la sede de la Fundación Miguel Delibes.


La obra de Jorge Urdiales, cuya primera edición fue publicada por la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, recoge el significado del lenguaje rural de la narrativa y presenta como novedad principal la correspondencia entre Miguel Delibes y el autor, en las que se comentan los significados de su lenguaje rural.


Además y según informaron a Europa Press fuentes próximas al proyecto, los significados de las 326 palabras de las que se compone el diccionario también han sido mejoradas (...).

Y sigue la presentación.


Y yo, ante la noticia encontrada, DIGO:

Sirva el presente escrito para dejar constancia de mi disgusto y protesta por el trato dado en los tres pseudodiccionarios mentados, tanto a la obra del más grande escritor que, en lenguaje rural, dio Castilla, como por el poco respeto hacia el citado lenguaje a través de los diccionarios aludidos como en el glosario de Cátedra Miguel Delibes, como ya he denunciado en varias ocasiones.

No tengo ninguna base científica, no soy hombre de letras, simplemente pude ser uno de los personajes que Delibes con tanto cariño manejó en sus novelas. Soy eso: un hombre nacido y criado en el campo.

Es por todo ello por lo que reclamo respeto hacia el lenguaje de mis ancestros y mío también.

Si no están de acuerdo ruego rebatan lo que en mi blog “La Pizarra de Gaude", ampliamente critico. Me mueve, sólo, el cariño y admiración que siento hacia la obra de Miguel Delibes y el sentimiento hacia el lenguaje de mis ancestros.

Estoy seguro que si bien la fundación que lleva su nombre acepta -a las pruebas me remito- el trato dado hacia su obra, Delibes no estaría de acuerdo con el trato dado (es mi opinión).

Atte. Gaudencio Busto García
Camporredondo (Valladolid)

PD. Si hoy doy este paso es porque hace unos días encontré, por casualidad, lo que en el encabezamiento transcribo: “La Fundación Miguel Delibes y ediciones Cinca han reedita…”. Quizá si siguen reeditando al final no quede ni rastro del lenguaje rural que conoció Delibes y conocido hasta hoy ¡Qué pena!

miércoles, 24 de junio de 2015

El balde

No quiero pasar ni un minuto más sin felicitar al autor de los “diccionarios” en la narrativa de Miguel Delibes. No, no me interprete usted erróneamente, si yo le felicito no es por los “diccionarios” publicados, sino por su osadía. Porque no me diga usted que no hay que tener valor para -desconociendo todo aquello de lo que quiere ilustrarnos- lanzarse al agua y… ¡”al que Dios se la dé, San Pedro se la bendiga”!

Y vamos con la palabra de hoy, que quizá es el momento menos oportuno, pero es posible que esta sea la gota que rebosó del vaso.

Balde
LP p. 33
Valladolid había entonces pensado en su infancia cuando incendiaba barquitos de papel en un balde.
balde1.
(De or. inc.).
2.
m. Recipiente de forma y tamaño parecidos a los del cubo.
Balde:
Recipiente más ancho que el cubo o la herrada. (Investigación de campo)
D1C p. 37
Nos dejaron solos a Melecio y a mí con el padre de Sisinio, que se bañaba los pies en un
balde.

Así figura en el primer diccionario editado por Fundación Instituto castellano y leonés de la lengua y en el glosario de Cátedra Miguel Delibes.


Seguimos.

Balde
LP p. 33
Balde 1 (de or. inc.).
2. m. Recipiente de forma y tamaño parecidos a  los del cubo.
Balde: Recipiente  más ancho que el cubo o la herrada. Antiguamente era de cinc. Hoy se hace de plástico. Tiene dos asas a ambos lados. Antiguamente las asas sobresalían. Hoy son menos pronunciadas y se encuentran debajo del borde superior del balde. El balde se emplea, fundamentalmente, para llevar agua. Antiguamente también para llevar la ropa al río. (cuando se lavaba en el río). Si el balde era grande, servía para lavar a los niños pequeños. (Investigación de campo).

Así aparece (en negrita la mejora incluida) en el diccionario editado por ediciones Cinca.

Vamos allá. Aplicando un dicho muy rural -y también de antiguamente- yo le diría al autor de los diccionarios: “es usted más listo que los ratones colorados”. Voy a justificar lo que digo: en el primer diccionario (que es el mismo que el segundo) el autor hace uso de la segunda acepción del DRAE y añade su “investigación de campo” -que ya me gustaría saber el campo de acción- “recipiente más ancho que el cubo o la herrada”.

Claro, esa definición había que mejorarla porque ya me dirá usted si con eso soy capaz de hacerme una idea de cómo era el recipiente en el que el infante (por aquello de su infancia) incendiaba barquitos de papel.

El autor sí que llegó a una conclusión después de su “investigación de campo”: el recipiente era más ancho que el cubo o la herrada.

Para justificar la mejora en el segundo-primer diccionario, vuelve a echar mano del DRAE, pero en vez de tomarlo en su totalidad toma aquello que cree le sirve sin ser visto y dice: “el balde se emplea, fundamentalmente, para llevar agua”. Si el señor Urdiales hubiera visto un balde de los que había en el tiempo en que Delibes nos habla en algunas de sus obras, o hubiera intentado llevar agua en él, se habría dado cuenta que el balde sirve para muchas cosas pero, fundamentalmente, para lo que menos servía era para llevar (transportar) agua. Sí ya sé que el DRAE en su acepción primera dice.

balde1
(De or. inc.).
1. m. En las embarcaciones especialmente, cubo que se emplea para sacar y transportar agua.
2. m. Recipiente de forma y tamaño parecidos a los del cubo.

Pero mire usted: la acepción 1 del DRAE sitúa el balde a bordo de una embarcación. Yo, que jamás he subido a embarcación alguna, no puedo decir el uso que de él hacen los marineros, ni siquiera como era, o es, aquel balde. Pero como yo lo que quiero es transmitir como era el balde del que nos habla Delibes es a eso a lo que debo ceñirme para no equivocar al personal.

Dos baldes. Son los que hemos podido salvar. Los más grandes ocupaban mucho
y desaparecieron. ¡qué pena! Aunque no las veáis, sobre el césped están las ovejas.
Y para eso aquí les presento el balde del que habla Delibes. Por su forma verán que “sacar agua” sería harto difícil, pero transportarlo -entre dos personas- lleno de agua os puedo asegurar que es, casi, imposible. Al ser de poca profundidad y más ancho por arriba que por abajo, cuando el agua empieza a zangolotear desestabiliza totalmente el balde y hay que parar o te calas los pies. Lo que digo no es fruto de la investigación de campo, es fruto de la experiencia, señor Urdiales.

En cuanto a usarlo para bañar a los niños, verá usted: en el balde se bañaban los niños y los no tan niños ¿sabe usted que en los pueblos -no hace tantos años- no había baño? Pues el balde de zinc de otro tiempo (el de Delibes) era la bañera (no tenía jacuzzi, eso sí es cierto).

Resumiendo: pues no tengo nada que resumir, eche usted un vistazo al balde de la fotografía y piense que los había bastante más grandes, de zinc, más anchos por arriba que por abajo y sí, servían para bañar a chicos y grandes y para lavar pequeñas cantidades de ropa. Y tiene usted razón, señor Urdiales, hoy son distintos; pero yo escucho o leo o, mejor, escucho y leo a D. Miguel Delibes Setién ¡Por cierto! ¿no intentamos interpretar la narrativa de Miguel Delibes?

Como final. No sólo es cierto que el balde se usaba para llevar y traer la ropa para lavar en el lavadero, el río donde le hubiera, o el arroyo. Es que entre las muchas aplicaciones que el balde tenía, la principal era transportar la ropa. Cuando le he comentado a mi hermana Consolación: hay quien dice que el balde se empleaba para llevar agua, su reacción ha sido: ¡bah! ¿Quién dice eso? Ése es el balde de plástico de ahora, que se llama así, pero se parecen poco. Dile al que lo dice que para sacar y transportar agua se usaban las herradas, que también eran de zinc, pero que no son lo mismo.

Camporredondo 20 de mayo de 2015


PD. Después de cerrar el escrito he tratado de averiguar el por qué el DRAE nos da la primera acepción y veo que, con toda razón, dice lo que dice. Aquí os presento lo averiguado:

 Balde: Especie de cubo, o vasija de cuero, que se usa comúnmente en las embarcaciones, y sirve para coger, o sacar el agua.

O sea que no es el mismo balde en tierra que en el mar. ¡Cuestión de investigar señor Urdiales...!



miércoles, 17 de junio de 2015

Acostadero/aseladero

Es esta otra de las mejoras que el Señor Urdiales ha añadido en el nuevo-viejo diccionario y que yo debo agradecer y agradezco. De no mediar el diccionario a mí se me había pasado –los años no perdonan- incluir la palabra acostadero en el “Diccionario de Camporredondo”.

Para evitar el inconveniente de buscar en el "Diccionario del castellano rural  en la narrativa de Miguel Delibes" editado por ediciones Cinca, transcribo lo que  en él dice su autor:

"Aseladero: Palo que sirve de acostadero para las gallinas. Las medidas y disposiciones de los aseladeros en los gallineros son diversas. Un aseladero medio puede medir unos seis centímetros de de ancho por dos o tres de alto. El largo estará en función de las necesidades del gallinero. Hay gallineros con uno, dos o más aseladeros. Pueden estar colgados del techo mediante unos alambres o discurrir de una pared a otra o estar sujetos a la pared durante el día para ser descolgado cuando llega la noche. En todos los casos el aseladero permanece suspendido en el aire a cierta distancia del suelo. Mientras las gallinas están en el aseladero, los excrementos caen al suelo o sobre el propio aseladero, que se limpia cada cierto tiempo con una azuela (especie de espátula) rascando los excrementos ya secos. A dichos excrementos se les llama "gallinaza" y son un excelente abono. Cuenta  un dicho de la zona: "Tienes más mierda que el palo de un gallinero". Si el gallinero tenía  pulgón, se quemaba levemente el aseladero con fuego dando una pasada con un papel encendido o similar para acabar con él. (Investigación de campo)".

Como podemos apreciar el aseladero del experto y el acostadero que disponían nuestras gallinas difieren bastante.

En el dibujo que nos proporciona mi cuñado Marciano, podemos apreciar el tipo de acostadero, o aseladero, como usted quiera, que disponían las gallinas, ya fueran las que gozaban de mayor libertad corriendo y picoteando por el corral, o las que tenían asignado un local exclusivamente para ellas. 

Tanto las encerradas en el llamado gallinero, como las que picoteaban por el corral, a la hora de dormir disponían del mismo tipo de cama. Creo que en el entorno en que está ambientada la obra “Los santos inocentes” se adapta muy bien al aseladero-acostadero de las gallinas. Aquellos acostaderos eran fijos, las gallinas iban subiendo por los palos de abajo hacia arriba. Cuando el palo más alto (el más deseado, las gallinas luchaban por dormir en él) se llenaba, ocupaban el siguiente, de forma que la cantidad de palos que se montaban estaban en consonancia al número de gallinas que correteaban por el corral. Quizás el aseladero al que hace mención el señor Urdiales sea más industrial, quiero decir posterior al momento en que Delibes concibió su obra. De cualquier forma es significativamente distinto. 


Acostadero/aseladero rural. Las dimensiones se adaptaban al local y al número
de gallinas
Y poco más que añadir. Como vemos en el dibujo, el aseladero “palo que sirve de acostadero para las gallinas” al que hace mención Urdiales, no se corresponde con el acostadero rural, al menos por estos pueblos de la vieja Castilla en que el acostadero lo formaban una serie de palos, formando una amplia escalera, que las gallinas usaban para dormir.

Ahora que parece que empezamos a darnos cuenta de que los huevos de la gallina de corral son más apetecibles que los de las nuevas máquinas transformadoras de pienso en huevos, quiero decir que los palos del acostadero eran eso: palos, palos sin pulir, rústicos. Por tanto eran redondos, o cuasi redondos, y la medida (diámetro) pues la que mejor se adaptaba a los dedos de la gallina: la más cómoda. Lo digo por si usted quiere fabricarse un acostadero similar al que usaban las gallinas de antaño, aquéllas cuyos huevos recogíamos en cualquier rincón o escondite.

En cuanto a su limpieza, que era muy necesaria, cada uno lo rascaba con lo que tuviera a mano, con tal de que despegara bien las deposiciones (cagadas) que las gallinas hacían y que no todas iban al suelo. Efectivamente: se decía, y se dice, de algo que está muy sucio: “tiene más mierda que el palo de un gallinero” refiriéndose al palo del acostadero.

En cuanto al trato contra el pulgón, recuerdo que se usaba la ceniza del hogar. Andar con fuego... pues hubiera sido  muy complicado: suelo de paja, palos de madera... recordemos el dicho: "el que juega con fuego acaba quemándose".

Por todo lo que acabo de teclear no quiero que se piense que yo no admita que, en otra parte, el aseladero no sea un palo de tres por seis por X centímetros que se cuelga y se descuelga según la hora (un poco incómodo ¿no?). Lo que quiero es reivindicar la palabra acostadero que se usaba en estos pueblos y que, me parece, está en peligro de desaparición.

Y, metidos en harina, quiero contaros donde teníamos en casa ubicado el acostadero, sobre todo en invierno. Pues resulta que la cuadra de los machos era bastante amplia y en un extremo, pegado a la pared como el del dibujo, allí tenían nuestras gallinas su acostadero. Puedo garantizar que allí no pasaban frío.


Camporredondo 12, de mayo de 2015.

miércoles, 10 de junio de 2015

Barbón 2

Otra vez más, digo: “zapatero a tus zapatos”.

Transcribo fielmente lo que el “experto” en Delibes nos dice sobre la palabra barbón en la Cátedra Miguel Delibes, que a su vez es lo mismo que recoge en el Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes editado por Fundación Instituto Castellano y Leonés de la lengua.

Barbón
CH p. 44
(...) que haya abatido más
barbones que él.
barbón.

1.
m. Hombre barbado.
2.
m. En la Orden de la Cartuja, religioso lego.
3.
m. cabrón (macho de la cabra).
Barbón:
Hombre barbado o barbudo. Persona seria y austera. Entre los cartujos el lego porque gastaba barba. (Diccionario General de la Lengua Castellana)
Barbón:
Hombre barbado. (Diccionario Ilustrado de la Lengua Española)
Barbón:
Macho de la avutarda. (www.diccionario.com)
Barbón:
Los barbones son las avutardas, una zancuda cuya caza está prohibida. Como se puede comprobar, este sinónimo de avutarda no es recogido en ninguna de las tres acepciones que nos ofrece el DRAE. (Investigación de campo)

A continuación transcribo lo que en el Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes editado por ediciones Cinca nos dice el mismo autor, en el que vemos la “mejora” incluida (en negrita).

Barbón
CH p. 44
Eusebio Marcos, alias el Listezas, vecino de Fuentes de Nava, Palencia, hizo en tiempos su oficio de la caza de la avutarda. Y seguramente no habrá en Tierra de Campos otro hombre (de no ser su hermano ya fallecido) que haya abatido más barbones que él. Eusebio Marcos, el Listezas, conoce a fondo el mundo de la avutarda (sus querencias, costumbres, el pavoneo del macho, las cruentas reyertas en la época de celo, los mil y uno procedimientos para cazarlas) pero hoy, más cerca de los setenta que de los sesenta, no ha tenido otro remedio que aceptar la veda indefinida y colgar la escopeta como último recurso para evitar su extinción.
Barbón.
1.
m. Hombre barbado.
2.
m. En la Orden de la Cartuja, religioso lego.
3.
m. cabrón (macho de la cabra).
Barbón:
Hombre barbado o barbudo. Persona seria y austera. Entre los cartujos el lego porque gastaba barba. (Diccionario General de la Lengua Castellana)
Barbón:
Hombre barbado. (Diccionario Ilustrado de la Lengua Española)
Barbón:
Los barbones son las avutardas, una zancuda cuya caza está prohibida. Como se puede comprobar, esta otra manera de llamar a las avutardas no está recogido en ninguna de las tres acepciones que nos ofrece el DRAE. (Investigación de campo)

Como mejora de la palabra Barbón, el experto en Delibes nos ofrece el comienzo de “La avutarda en Tierra de Campos” (Castilla habla pág. 44). Muy bien, si así lo cree conveniente. Pero… ¡Dios bendito! Ha hecho desaparecer lo único que era correcto para el tema tratado:

Barbón: Macho de la avutarda.

En entrada anterior ya dijimos que, si el camino es errado, cuanto más caminemos por él más lejos estaremos de la meta. Aquí tenemos otra prueba: comenzó el “experto” sin saber lo que era el barbón (macho de la avutarda) y, cuando quiso mejorar su primera acepción, acabó anulando lo único que había verdadero en su primera aportación:

Barbón: Macho de la avutarda. (www.diccionario.com)

Dice el señor Urdiales: “Como se puede comprobar, esta otra manera de llamar a las avutardas (…)”. No, no señor Urdiales, esta no es otra manera de llamar a las avutardas, ésta es la manera de llamar al macho de las avutardas.

Pero claro, nos ocurre como tantas otras veces: el DRAE no lo recoge. Y si el diccionario oficial no lo recoge… ¿qué hemos de hacer? Pues lo que digo muchas veces: olvidemos el DRAE porque es diccionario académico. Delibes, ahora, está hablando en lenguaje rural. Tan sencillo como eso. Claro que es sencillo para el Listezas, que seguramente jamás acudió a la universidad y para Delibes que pegó mucho la hebra con la gente de campo, que es lo que yo aconsejo al "experto" tantas y tantas veces.


A ver, dígame usted: ¿para qué nos sirve saber –en este caso- si barbudo es el cartujo o el hombre austero… si lo que estamos tratando es el tema “La avutarda en tierra de Campos” y, dentro de la avutarda, el barbón?

A ver, pongamos un ejemplo: yo administré un rebaño de ovejas entre las que había unos animales imprescindibles llamados carneros. ¿Si seguimos la teoría del señor Urdiales sobre el barbón, los carneros no serán carneros sino ovejas? Es que también se dice rebaño de ovejas.

Bueno, pues por el mismo motivo decimos avutardas al género de estos pájaros, pero sabiendo que avutarda es el nombre genérico, pero que el grupo lo componen los machos (barbones) y las hembras.

¿Qué decía yo al principio? Pues eso: “zapatero a tus zapatos”.


Avutarda hembra

Avutarda macho (barbón)














PD. Barbón es otra de las palabras que está pendiente de ser incluida en el "Diccionario de Camporredondo". El motivo es que hace muchos años que las avutardas desaparecieron del páramo de Camporredondo y la palabra, con esta acepción, está instalada allá, muy al fondo.

Camporredondo, 19 de mayo de 2015

martes, 2 de junio de 2015

Araña

Sigo en mi afán por amachambrar todas las palabras que, como la que nos ocupa, están en trance de desaparecer. Eso pienso yo.

No digo que la araña (arácnido que fabrica telas) pueda desaparecer, pero sí puede desaparecer la araña como útil para pescar cangrejos. Aquélla con la que conseguimos buenas capturas, de esto hace ya algunos años. Después creo que se prohibieron, pero el que ahora teclea ya se había cortado la coleta como pescador de cangrejos. Aunque las conservé durante muchos años.

Comprendo que el señor Urdiales haya tenido, a mí me lo parece, alguna dificultad a la hora de describir la araña como útil de pesca, sin otra referencia que la que le aportó Miguel Delibes a su consulta:

"Araña: Especie de araña de metal para pescar cangrejos. (Miguel Delibes 1 de octubre de 2003)"

En el “Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes”, editado por Fundación Instituto castellano y leonés de la lengua, el señor Urdiales pone todo su esfuerzo en describirnos la araña, pero yo –ya sabéis que soy duro de mollera- no conseguí entenderlo más allá de lo que sabía por haber tenido algunas docenas de ellas. El señor Urdiales recurrió al DRAE y, con lo que allí se dice, ocupó dos páginas del diccionario, total para que yo, por aquello que dije antes, no consiguiera enterarme de su forma.

Ahora, en el nuevo-viejo diccionario editado por ediciones Cinca, el autor ha mejorado, o intentado mejorar, lo que dijo en el primero y éste es el resultado:

"Araña: Alambre de unos 20-30 cm. para pescar cangrejos que se dobla en forma de círculo. Por cualquiera de sus extremos se pinchan las lombrices hasta cubrir todo el alambre. Posteriormente se doblan los extremos del alambre y se unen. En uno de ellos se engancha el hilo que sirve para echar y sacar del río la araña. También se le pone algo de peso (una piedrecita) al alambre para que no se quede flotando. (Investigación de campo)"

Comoquiera que yo sigo sin enterarme, recurro a mi cuñado Marciano y le digo: hazme un dibujo de la araña para pescar cangrejos, porque si yo intento hacer una descripción de ella, seguramente no me va a salir mejor que al “experto” en la narrativa de Miguel Delibes, y la gente no puede hacerse, ni por asomo, idea de cómo era este artilugio con el que sacábamos cangrejos a esjarrapellejo. Y aquí os presento el resultado:

Araña para pescar cangrejos: abierta y cerrada. Faltan las lombrices.

A partir de aquí vosotros ya tenéis una imagen de cómo era la araña para pescar cangrejos. Marciano nos ha dibujado dos posiciones: Abierta y cerrada. Así podemos explicar, con un margen mínimo de error, cómo se usaba este artilugio que tan buenos resultados –os lo puedo asegurar- daba.

Con las patas de la araña abiertas, se llenaban los alambres (se pinchaba la lombriz a lo largo del  alambre) con lombrices de tierra –son las más apetecibles- y cuando estaban llenas se cerraban, se echaban al río, o al arroyo, y a esperar. Puedo asegurar que había que esperar poco rato para que la pinza del cangrejo se cerrara sobre la lombriz. Una vez que la pinza se cerraba ya podías sacar la araña con toda tranquilidad que por nada del mundo se soltaba el cangrejo. 

Si esperabas un poco podías sacar una docena agarrada a la araña, pero corrías el riesgo de quedarte sin lombrices en poco rato.

Para evitar el gasto en lombrices -yo no lo hice- había quien ponía un muelle alrededor de la lombriz y de esta manera el cangrejo luchaba por comérsela pero lo tenía complicado.

Como contrapeso, para que la araña se hundiera, la semiesfera, o cuerpo de la araña, era de plomo, de esta forma la araña se mantenía con las patas para arriba que es lo que el pescador quería.

Éste era el tipo de araña industrial. Pero he sacado cangrejos, sin ir preparado para ello, con una cuerda y un trozo de chorizo atado en la punta. El cangrejo cuando se pone a tripear se olvida de todo: hasta del peligro que corre por tragón.

Si tenéis laguna duda podéis preguntar: la respuesta es gratis.


Camporredondo, 16 de mayo de 2015