lunes, 31 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Cara.

Ahora que parece que volvemos al pinar para extraer la resina que nos ofrece el pino negral, creo que es interesante que dejemos las cosas en su justo sitio, pues parece que no tenemos demasiado claro lo que es la cara, la entalladura, la pica etc. Vean lo que nos dice el DCT en su página 739 respecto a:

Cara n. f. Corte que se hace, en sentido vertical, en el tronco del pino para que llore la resina.
Observ.: En la cara se hace una pica cada año, hasta un máximo de cinco, momento en que no produce más resina. Es el momento de abrir otro corte. La producción máxima de un pino es de 25 años, pero lo normal está en veinte. (Sic)

Y ahora viene el ex pastor metido a resinero y vean lo que dice respecto a:

Cara.- Conjunto de entalladuras que, en sentido vertical, se elaboran en el tronco del pino para recoger la resina.

Vamos con las observaciones del DCT: Sobre el tronco del pino se elabora una entalladura cada año, equivalente a 0’50 metros anuales. Sobre la entalladura se van haciendo sucesivas picas (a criterio del resinero) para ir renovando la herida y así facilitar el lloro. El número de entalladuras llegó a ser de siete, reduciéndose después a cinco por motivos de facilidad en su elaboración (en la pizarra podemos ver al viejo resinero indicándonos hasta donde llegó la cara en otro tiempo, 7 entalladuras). Indudablemente, a partir de la última entalladura el pino no produce más resina; lógico es, porque hemos dejado de elaborarle.

Es el momento de abrir, no otro corte, sino otra cara. ¿La producción máxima de un pino es de 25 años, pero lo normal está en veinte? Pues mire usted DCT, hubo pinos en los que se elaboraron 12 caras por siete años en cada una, o sea: 84 años produciendo resina. Cierto es que hoy es imposible, el perímetro de nuestros pinos no soporta más de cinco caras (hemos acelerado demasiado).

Espero haber dejado claro lo que son: entalladura, tramo de la cara que se elabora cada año para la extracción de la resina; pica: cada vez que el resinero remonda, sobre la entalladura, para renovar la herida; cara: es el total de entalladuras que se hacen en vertical, sobre el tronco del pino, que pueden ser las que se quiera ya que la resina se elabora en las aciculares hojas del pino.

Hemos hablado del tradicional método Hugues y de los años cincuenta de 1900.

domingo, 30 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Calentar.

calentar. (Del lat. Calentare) 6. tr. Dep. Desentumecer los músculos antes de practicar un deporte. (Sic)

Sí, sí, usted, amable lector, ha acertado: esto es lo mismo que dice el DRAE en su acepción 6.

Si yo, plácidamente, estoy leyendo la obra de Delibes “Diario de un cazador” y, a espetaperro, digo ¡coño! ¿qué querrá decir D. Miguel con esto de calentar la mano? pues me voy directamente al DRAE y no tengo que andar con intermediarios en la, intermediaria, Cátedra Miguel Delibes, ¿para qué si la cátedra lo copia del Diccionario de la Real Academia Española? ¿No creen ustedes que tengo razón? Lo que pasa es que como en la Cátedra escribe un experto en la narrativa de Delibes, yo creí que me explicaría que:

Calentar.- Delibes nos cuenta en "Diario de un cazador" que, después de su encuentro con el guarda (el cazador lo pasó mal), de retirada, se le arrancó una perdiz grande como un ganso y la tiró por tirar, pensando que no caería pero resulta que, “la tía zorra cayó como un trapo”.

La expresión “calentar la mano” se usa, en la jerga cinegética (al menos en mi pueblo) para dar a entender que el cazador piensa que el disparo no va a llegar a su destino, pero como el cañón de la escopeta a cada disparo se calienta, por eso es que se dice así: disparé por calentar la mano. ¿Lo entiende ahora la Cátedra y su experto?

Pero es que, además, con sólo leer se deduce que el cazador está de retirada, y no necesita desentumecer los músculos antes de empezar a cazar, se supone que eso ya lo hizo, seguramente por la mañana.

Y ésta es la explicación de un ex cazador y admirador de la Obra del gran escritor.


(Investigación de Campo…rredondo -Valladolid)

viernes, 28 de marzo de 2014

En Camisas de Once varas: Achicoria

La palabra que recogemos hoy no está sacada del DCRNMD sino de la “Cátedra Miguel Delibes” y sin (Investigación de campo).

Vean lo que dice el glosario de la Cátedra Miguel Delibes según su autor:

Achicoria. (De chicoria). 1. f. Planta de la familia de las compuestas, de hojas recortadas, ásperas y comestibles, así crudas como cocidas. La infusión de la amarga o silvestre se usa como remedio tónico aperitivo. (Sic).

Sorprendido por la definición, y queriendo saber la fuente de información he recurrido al DRAE y, equilicuá, palabra por palabra, allí la encontré, tal cual.

Ahora, si lo que queremos es confundir al personal, podemos liarnos con que si hojas ásperas, comestibles o no, silvestre o amarga…etc. Pero no, lo que pretendemos es analizar la palabra achicoria en la narrativa de Delibes y el escritor nos dice en "La Hoja Roja" que “Moisés se abrasó la cara en el horno de achicoria”. Entonces nosotros, que sabemos a qué achicoria se refiere el escritor pues nos dejamos de darle vueltas al tipo de achicoria que hay: silvestre, endívia, lecherines para los conejos, etc. y vemos que:

Achicoria.- Planta (no sé si de la familia de las compuestas, ni me importa) cuya raíz se aprovechaba como sucedáneo del café (había que ingeniárselas porque no había dinero para los capuccinos, los cortados, irlandeses y demás).

Como resulta que a este pueblerino lo que le interesa es que aquéllos que nunca hayan visto la achicoria, a partir de este momento sepan, lo más aproximadamente posible, lo que era la achicoria y, aunque en menor medida, todavía es, intentaré explicarlo a la manera de aquél que le tocó, sembrarlas, cultivarlas, sacarlas, escularlas (escoronarlas, quitarles las hojas) y llevarlas al secadero, o tostadero (horno en el que se quemó la cara Moisés), que es lo mismo.

Dada mi poca capacidad para explicarlo mejor, recurro a la fotografía y seguro que con un breve comentario salimos del atolladero.

Me limitaré a lo más básico: esta planta que ven, se sembraba en terrenos sueltos (de buen drenaje) si eran de buena calidad mejor. Requería menos riegos que otras plantas y, cuando se sacaban, se llevaban a los numerosos hornos-tostadero que había por la región. Allí tostaban y empaquetaban, en paquetes como el de la fotografía, y ¡hala! a tomar café.

Vamos con la parte comestible, la ensalada: cuando se recogían en montones, y gracias al calor que generaban, crecían unos hermosos y blancos tallos que se usaban como ensalada. Puedo decir y digo: que con el amarguillo que tenía el tallo (y la necesidad que había) era una ensalada riquísima con solo añadirle, aceite, sal y vinagre. Las endivias es algo más moderno pero os aseguro que, como ensalada, cien a uno a favor de los tallos de achicoria.

¡Ah! Y las hojas de esta achicoria la comían, y muy bien, los conejos. Nosotros jamás.

Conclusión: cuando usted, amable lector, no entienda lo que Delibes expresa en su entrañable lenguaje rural, vaya directamente al DRAE y si éste se equivoca pues no dispone usted de mejor información porque los    expertos, Cátedras y demás están tan perdidos como lo esté el Diccionario de la Real Academia.

Pero si lo que quiere es salir de dudas, definitivamente acuda usted a Camporredondo, o pueblos de la zona, que seguro le dirán en que tipo de horno se abrasó la cara Moisés, en el que pensaba la Desi, según Delibes.














jueves, 27 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Coscarón.

El comentario de Luciano López (así da gusto) sobre “chicharrón”, me ha “obligado” a buscar la palabra coscarón en el DCT y, efectivamente, la he encontrado en la página 701. Pero vean lo que en ella nos dice sobre…

Coscarón n.m. Chicharrón. Residuo de la piel del cerdo después de derretida la manteca. (Sic).

A ver: me encontré, en el mismo diccionario, con la palabra güesque que era la orden para que las caballerías giraran a izquierda o derecha según que la página consultada fuera la 504 o la 561 . Ahora me encuentro con que chicharrón en la página 699 es el resultado de derretir el tocino del cerdo y dos páginas más adelante el mismo chicharrón sólo porque se llama coscarón es: residuo de la piel del cerdo después de derretida la manteca.

¿Ustedes entienden esto? Les aseguro que mis entendederas no llegan a tanto. Ya saben ustedes: según quieran hacer chicharrones de la página 699 serán el producto de derretir el tocino del cerdo, pero si ustedes quieren que se llamen coscarones consultan la página 701 y serán el residuo de la piel del cerdo una vez derretida la manteca. ¡Que ustedes tengan suerte! Yo me quedo con mis chicharrones que tienen más solera: año 1611.

Importante: ¿coscarón? ¿chicharrón? Dos palabras del castellano tradicional: una corresponde a la zona de Zamora y la otra a la Tierra de Pinares de Valladolid. ¿En otras zonas también? En cualquier caso, buenísimo y prohibitivo  producto resultado de derretir las mantecas del cerdo.

miércoles, 26 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Telera

Telera. f. Travesaño de hierro o de madera que sujeta el dental a la cama del arado o al timón mismo, y sirve para graduar la inclinación de la reja y la profundidad de la labor. (Sic).

Esto es lo que nos dice el experto en Delibes y publica la Cátedra Delibes porque, efectivamente, esto es lo que dice el DRAE (“para este viaje no hacían falta tales alforjas”). Sólo un comentario, de pasada, sobre lo que dice el DRAE y seguimos: dudo, nunca la conocí, que la telera que une el dental y la cama del arado fuera de madera, me parece que hubiera sido demasiado frágil. La telera, en esta zona, era una barra cilíndrica, de hierro, y era un extraordinario refuerzo para el dental.

2ª parte: "Detrás de la telera que abonaba las tierras de Justino, el alcalde, sonó el cascabeleo del rebaño del Rabino Grande".

Bien. Si esto es lo que nos dice Delibes en Las Ratas y nosotros (usted), es experto en la narrativa de D. Miguel, yo tengo que preguntar: ¿qué tiene que ver la telera que encierra al rebaño del Rabino Grande con el travesaño de hierro que une el dental y la cama del arado? 

Cuando hablemos del arado explicamos todas sus partes, y también la telera. Ahora bien, si sabemos, debemos decir que Delibes llama telera al conjunto de las mismas que forman el redil que encierra el rebaño del Rabino Grande para estercolar las tierras de Justino, el alcalde.

Supongo que así el posible lector interesado sabrá diferenciar la telera del arado, de telera redil.

Porque sé que, también, lo leerá alguien de mi pueblo, y antes de que me diga que “he metido la pata hasta el corvejón”, debo decir que telera se decía de cada entramado de palos horizontales y verticales. Al conjunto le llamábamos redil o red.

Pensando que puede haber algún interesado en saber lo que era el abonado de las tierras directamente mediante el rebaño, debo decir: se colocaba la telera, rede o redil, sobre el terreno a abonar. Allí se encerraba al rebaño las veces que el propietario calculaba que el terreno quedaba abonado, entonces cambiaba la telera a otra zona de la parcela con lo que, poco a poco, las ovejas con sus excrementos abonaban la tierra de forma directa y sin mayor gasto ni esfuerzo para el propietario..

martes, 25 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Silla


Bueno… vamos a ver si ponemos cada cosa en su sitio.

Vean lo que dice el DCT (página 368) sobre lo que es:

Silla n.f. Aparejo para montar a caballo formado por un armazón de madera relleno de paja o pelos y cubierto de cuero, al que se sujetan lo estribos, la zufra y la barriguera. (Sic)

Y nos añaden una segunda acepción:

2 n.f. Especie de silla de montar muy pequeña que lleva la caballería que va enganchada al carro de varas. (Sic)

Silla de montar a caballo
Vamos allá: dejemos la primera parte –hasta donde dice estribos- pero, desde ahí, puntualicemos. A ver, ¿quién no ha tenido un caballo enganchado al carro de varas y cuando lo ha desenganchado se ha subido a la silla para dar un grato paseo por el campo? ¿Sería posible? ¿Usted se imagina lo incómodo que tiene que ser pasear a caballo montado en el sillín? Porque es ahí donde se apoya la zufra (sufra en mi pueblo). La barriguera nada tiene que ver con el sillín (en su momento hablaremos de ella).
Vamos con la según acepción: “especie de silla de montar muy pequeña”. Tan pequeña que sobre ella sólo monta la sufra. O sea: silla de montar, la sufra, (en la que, además se fija, mediante una hebilla, la retranca) que lleva la caballería que va engancha al carro de varas. ¿Nos hemos entendido así?

Silla de montar, la sufra (sillín)
Ahora vamos con la barriguera: en el carro de varas si no fuera por la sufra y la barriguera se nos caería o se nos levantaría. ¿Qué lo evita? Pues la caída la evita la sufra que, partiendo de la vara del carro, pasa por encima del sillín y engancha en la otra vara.

¿Qué evita que el carro se levante (se pingüe)? Pues la barriguera que, partiendo de la vara del carro pasa por debajo del pecho del animal y engancha en la otra vara. ¿Ha quedado claro? Si no está claro me pone un comentario y enganchamos al animal con todos aparejos.

En Camisas de Once Varas: Chicharrón.

Cuando encuentro palabras como la que traemos hoy hasta “En Camisas de Once Varas” es cuando pienso que la edición del “Diccionario del Castellano Tradicional” ha sido posible gracias a la colaboración de gente muy joven, y a que el coordinador no es de pueblo.

Vean por qué lo digo:

Chicharrón n.m. Producto que resulta de derretir el tocino del cerdo. (Sic).

¿Ustedes creen que una persona de pueblo puede hacer esta afirmación? Yo, a continuación preguntaría a los/as autores/as del diccionario: ¿los torreznos son el producto de freír el solomillo?

En fin, como la cosa parece que no la tienen muy clara en el DCT página 699, algo habrá que decir porque, de lo contrario, dentro de pocos años confundiremos a los lectores y dirán -como se decía para certificar la ignorancia del aludido- “Confunde la velocidad con el tocino”.

Nuestro riquísimo producto es:

Chicharrón.- Residuo que queda después de extraer -mediante calor- casi toda la grasa de las mantecas del cerdo.

Y es que no son lo mismo las mantecas que el tocino: de aquéllas salen los chicharrones y de éste se hacen, al freírlo, los buenos y prohibitivos torreznos.

Estos errores se producen desde que descubrieron que el colesterol es malo y, sobre todo, desde que podemos sustituirlos por productos más saludables, que no mejores.

Respecto de lo que dicen el DRAE y el DUE: es cierto que chicharrón, también, es el resultado de derretir el sebo de otros animales pero, al menos en mi pueblo, no se comían excepto –creo que ya lo recojo en “La Pizarra”- las del lechazo o el cabrito, que estaban buenísimas las “chicharrillas” que así las llamábamos. Normalmente el sebo de los otros animales se derretía para extraer la grasa y con ella hacer jabón.

Una vez más quiero pedir perdón por mi reiteración: intento salir al paso de estas interpretaciones en el DCT porque entre él y yo siempre será el diccionario el que tenga razón, y no olvidemos que está, o estaba, como diccionario de consulta sobre el castellano tradicional en colegios e institutos. Seamos fieles al “Castellano Tradicional”.

domingo, 23 de marzo de 2014

En camisas de Once Varas: Carear


Aunque la explicación que nos da el autor es tan extensa como absurda, voy a reproducirla fielmente. Así es cómo entiende el autor del Diccionario del Castellano Rural en la Narrativa de Miguel Delibes -página 93- la palabra a la que se refiere el escritor:

Careado: Pelado, ausente de maleza. En este caso, referido a una persona, con calvas. El significado que aporta Delibes a este adjetivo no lo recoge el DRAE. Por la zona se emplea al hablar de tierras que tienen malas hierbas o malos sembrados, dejando que entre cualquier rebaño para comérselo. (Investigación de campo). (Sic)

Señor Delibes, que desde el cielo me estará viendo: ¿Qué debo hacer? Usted ya sabe –porque me conoce- que fui pastor, dígame ¿cómo debo contestar a algo tan absurdo? Usted nos habla de un jabalí que tiene los colmillos cariados (aunque su personaje, Pacífico Pérez, lo dice a su manera) y el “especialista en su obra”, (al que apoyan otros que ignoran su obra más que él) dice que se refiere “a una persona con calvas”. ¿Usted cree, querido escritor, que yo podría llevar mis ovejas a carear la calva de una persona? ¿Usted cree que el autor del diccionario ha leído su obra? Verá, querido escritor: es que yo, además de pastor, soy un profundo admirador de su obra, cierto que no llego a ser especialista, pero como soy de campo y usted creo que es amigo de mi mundo, me duele que se maltrate la obra que con tanto cariño, hacia el mundo rural, usted realizó.

Y para no hacerme pesado, voy a decir lo que este humilde e inculto paleto entiende por lo que usted reproduce en La Guerra de Nuestros Antepasados de la entrevista del doctor con Pacífico Pérez:

Careado.- El joven y tímido Pacífico Pérez, en la entrevista que le hace el doctor Burgueño López, confunde cariados con careados y así se lo dice al referirse a los colmillos del viejo jabalí que, por viejo, tiene la pelambre entrecana y los colmillos cariados (como las caries que podamos tener usted o yo).

Cuando uno es analfabeto profundo sobre los temas que quiere tratar suelen ocurrir estas cosas: no entendemos lo que el catedrático, el escritor, Don Miguel Delibes Setién, nos dice. Incluso podemos acudir al error de imprenta, aunque el error se deba a nuestra falta de cultura rural.

sábado, 22 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Corazón.

No, no tengan miedo, no voy a aventurarme en las entrañas de los animales de sangre caliente; sería un riesgo enorme. Hablamos del corazón de los árboles que, según aprendí en la Escuela Nacional, es la parte central de la madera.

Bueno, vean lo que yo aprendí hace muchos, muchos años, sobre el tema…

Corazón.- Parte central de la madera del pino. A veces está un poco desviado y se dice que es de corazón excéntrico (no sé por qué ocurre).

Y ya no puedo decir más (uno tiene sus límites).

Vean lo que para el DCT es el corazón del pino, o eso dice en su página 740:

Corazón n.m. Parte interna de la carne del pino donde hay más resina. (Sic)

Quizás los autores/as del DCT tienen algún amigo o conocido que se llame Pino, de ahí la carne y la resina que, al fin y al cabo, es la sangre del Pino.

Pero hombre ¿cómo es posible que a estas alturas del siglo XXI aún asociemos el corazón humano con el del pino? Vean lo que hace 7 decenios me enseñó mi maestro de Escuela Nacional acerca de…

Corazón (del pino).- Madera central del tronco del pino, que le sirve de soporte para mantenerse en pie.

No puedo profundizar más porque no lo sé. Sí sé que la resina la busca el resinero en la capa más exterior de la madera, justo debajo de la corteza. Luego podríamos hablar del cámbium, del líber, etc. pero creo que por ahora basta con lo que ya hemos dicho: el corazón es la parte central del tronco del pino -en la que hay menos resina-.

viernes, 21 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Braco.


Braco. 1. adj. Coloq. Dicho de una persona: De nariz roma y algo levantada. (Sic).

Esto, que acabo de teclear, no aparece en ningún diccionario, esto -si cabe- es más grave: aparece en la Cátedra Delibes -texto de Urdiales- sin que a nadie parezca importarle demasiado.



Y como el autor es el mismo que en los diccionarios es a él al que quiero dirigirme. Señor Urdiales: ¿tan poco comprende usted al cazador que escribe o al escritor que caza? Permítame que le dé un consejo: vuelva a leer “Los Santos Inocentes” de Delibes, y fíjese donde dice que Paco, el Bajo, rastrea como un braco. Verá que lo que el escritor dice es que rastrea como un perro de caza especial para el rastreo y cobro de piezas, cuya raza es braco y no como una persona de nariz roma y algo levantada. Excelente perro el braco, de finísimos vientos, incansable, fuerte como un roble y elegante. Todo lo que he dicho para el braco vale igual para el pointer. Como los de las imágenes que he encontrado en internet para que las vea y se familiarice con este mundo rural.


Cachorros Braco  AlemanPero hombre, ¿cómo es posible que con tanta investigación de campo no haya preguntado en algún pueblo? Claro, yo le entiendo: es más fácil acudir al DRAE y así no fallamos. Pero mira por donde el DRAE no falla pero usted si, porque usted es experto en Delibes y el escritor va por otro camino distinto al del Diccionario de la Real Academia Española.

Y como creo que con la foto queda todo dicho, para qué voy a seguir.

Elegante el braco cazando. Ni sé, ni quiero saber, la postura que pondría la persona de nariz roma y algo levantada, pero la del perro es para nota.

jueves, 20 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Rubia.

“Entre col y col, lechuga”. Tampoco está nada mal, de vez en cuando, un chiste para desintoxicarnos.

Vean lo que dice el DCRNMD en su página 205 y publica, también, “Cátedra Delibes”:

Rubia: Modo de llamarle a las monedas de una peseta. (Investigación de campo) (Sic).

Si tenemos en cuenta los cuatro años transcurridos desde 2002 -fecha en que la rubia dejó de ser de curso legal- y la publicación del diccionario 2006, tenemos que reconocer que la investigación de campo sobre el apelativo “rubia” de la moneda de una peseta tuvo que ser ardua, muy difícil. Pero bueno, como chiste no queda mal.

miércoles, 19 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Pesebrera

Pesebre. 1. m. Especie de cajón donde comen las bestias.

Pesebrera. 1. f. En las caballerizas, disposición u orden de los pesebres. 2. f. Conjunto de estos pesebres.

Bien; yo con esto ya debería haber cumplido, porque esto es lo que dice el DRAE respecto de pesebrera.

Pero claro, alguien podría decir: esto es lo que dice el DRAE pero en el pueblo no lo decimos así.

Según recoge el DCT en su página 794 esto es la…

Pesebrera n.f. Cualquier recipiente donde se echa el pienso. (Sic)

Como yo soy de pueblo y resulta que donde echábamos de comer al burro (que estaba solo) lo llamábamos pesebre, no puede ser lo mismo que donde echábamos de comer a los machos (que eran cuatro), y a la fila de estos pesebres la llamábamos:

Pesebrera.- conjunto de pesebres adosados.

Sí, sí, no me diga que no tiene mucha importancia (pide un plato y que te lleven la vajilla entera) porque eso ya lo sé. Pero es que me gustaría que cuando mis nietos encuentren esta palabra sepan diferenciar entre pesebre y pesebrera, algo que no sería posible si en el colegio y en el instituto tienen este diccionario para consultar sobre palabras del Castellano Tradicional.

martes, 18 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Socarreña

Con la palabra de hoy me veo en la obligación de hacer, de nuevo, una pregunta previa: ¿Qué respuesta esperaba obtener el autor del diccionario, y por qué después de tenerla la incluyó en el mismo? ¿Podía ser, al mismo tiempo, chamusquina, quemado o cobertizo

Primero, vamos con mi sorpresa:

Socarreña: Chamusquina, quemado o cobertizo. (Miguel Delibes, 23 de julio de 2003) (Sic).

Pues esto, señores, es lo que nos dice el experto en Delibes en el DCRNMD página 215.

Si el autor hubiera leído, y comprendido, lo que Delibes escribe, ¿podría haber publicado lo que acabo de decir? El escritor nos habla de “(…) (una casona blanca, con carros y remolques en la socarreña y, en la trasera (…)”. Sigo preguntando: ¿dónde se pueden meter los carros y remolques?¿en la chamusquina? ¿en el quemado? Si es que se cae por su propio peso... en el cobertizo. Se lo digo confesando mi rotunda ignorancia de lo que es la socarreña, (hoy sé que es el cobertizo en Cantabria) pero si usted me pregunta dónde meto los carros y los remolques le habría dicho: en el colgadizo, sotechado, cobertizo... que son palabras de mi pueblo.

No, no me creo que el autor de Mi Vida al Aire Libre –en su plenitud- pudiera dar esa contestación. Pero es que, además, esa palabra no aparece en Los Santos Inocentes, sino en Mi Vida al Aire Libre página 25 ¿hasta en esto nos despistamos? De cualquier manera, quiero decir, y digo: publicar esta respuesta –aun habiéndose producido- me parece de una indignidad absoluta.

domingo, 16 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Encaderada


No, señor Urdiales, usted ha “metido la pata hasta el corvejón”. Digo usted, porque de sus diccionarios de “experto en Delibes” he extraído esta palabra que Delibes jamás pudo decir y nunca dijo: encaderada.
 
Y ahora lean ustedes y juzguen lo que dice el DCRNMD sobre la palabra…

Encaderada (la liebre): Coja por tener la cadera rota. Si la liebre está siendo perseguida, seguirá corriendo aunque esté encaderada. (Investigación de campo) (Sic)

Que los señores académicos juzguen si la palabra es correcta o no. Lo que no puede, académico o analfabeto, es discutirme que cuando la liebre es herida en la cadera queda escaderada o, si usted quiere, descaderada (rota la cadera) porque encaderada ya estaba antes del disparo ¿o no? ¿O estaba descaderada y con el disparo se encaderó?

Vuelvo a preguntar: ¿qué se proponen estos diccionarios y quienes los apoyan, interpretar lo que Delibes dijo a través de su obra, o desprestigiarla? ¡Ya está bien!

sábado, 15 de marzo de 2014

En Camisas de Once Varas: Chota



Supongo que al haber libertad de expresión cada uno puede poner el nombre que le dé la gana a las cosas. ¡Bendita libertad de expresión!

Haciendo uso de esa libertad el DCT en su página 740 dice que la semilla del pino negral es:

Chota n.f. Semilla del pino negral. (Sic)

Por el mismo motivo yo digo…

Chota.- Piña del pino albar (pinus pinea) en su segundo año.

El pino albar (pinus pinea) tiene tres cosechas al mismo tiempo sobre sus ramas: perindola la que nace; chota la del segundo año y piña la cosecha final.

Y ya que nos hablan de semillas, también queremos añadir que la semilla del pino negral aquí, desde que yo vi la luz hace muchos años y porque así me lo enseñaron mis abuelos, se llama piñoncillo. Supongo que para diferenciarla de la del pino albar que son más grandes y se llaman piñones.