Cachaba
EC p. 206
Luego le dio a besar su mano y se alejó, apoyándose en la cachaba,
cachava.
1. f. cayado (palo o bastón curvado en la parte superior).
cayado. (Del lat. caia, garrote).
1. m. Palo o bastón corvo por la parte superior, especialmente el de los pastores para prender y retener las reses.
Cachaba: Palabra inexistente con "b". Consideramos que es un error de imprenta. (Investigación de campo)
LR p. 31
(...)con una cachaba en cada mano,
LR p. 32
(...) clavó en el suelo una de las cachabas (...)
ET p. 81
(...) recostados en las cachabas,
Luego le dio a besar su mano y se alejó, apoyándose en la cachaba,
cachava.
1. f. cayado (palo o bastón curvado en la parte superior).
cayado. (Del lat. caia, garrote).
1. m. Palo o bastón corvo por la parte superior, especialmente el de los pastores para prender y retener las reses.
Cachaba: Palabra inexistente con "b". Consideramos que es un error de imprenta. (Investigación de campo)
LR p. 31
(...)con una cachaba en cada mano,
LR p. 32
(...) clavó en el suelo una de las cachabas (...)
ET p. 81
(...) recostados en las cachabas,
Recogido en Cátedra Miguel Delibes, Diccionarios de castellano rural en
la narrativa de Miguel Delibes editados por Fundación Instituto castellano y leonés de la
lengua y ediciones Cinca.
Cuando cachemos patatas, tueros, surcos, etc. usaremos el
verbo cachar:
Pretérito imperfecto o
Copretérito
cachaba
cachabas
cachaba
cachábamos
cachabais
cachaban
cachabas
cachaba
cachábamos
cachabais
cachaban
Ahora que hablamos de “cachava” (cayada para los pastores), veremos que hablamos de algo distinto.
Vaya manera de complicar las
cosas. Y lo más curioso, creo yo, es por no emplear la palabra en el lenguaje
del que siempre usaba la cayada: el
pastor.
En mi vida -como conductor de
rebaño de ovejas- os puedo asegurar que conocí a bastantes pastores y, ¡qué
casualidad! cada uno usábamos un palo, más o menos pulido, al que doblábamos en
forma de arco en uno de los extremos y lo llamábamos… ¿cómo lo llamábamos? Pues
eso: cayada. Seguramente -mejor
digamos es posible- que a algún culto señor se le ocurriera que aquella palabra sonaba demasiado rústico y,
para destacar, dijo: esto se llama cayado, palo, bastón, garrote, báculo y vaya
usted a saber de cuantas maneras más. Todo menos cayada que suena a paleto.
Aquí tienen una muestra que avala
lo que digo
Dice el DRAE:
cayada.
(Del lat. caia, garrote).
cayado.
(Del lat. caia, garrote).
1. m. Palo o bastón corvo
por la parte superior, especialmente el de los pastores para prender y retener
las reses.
Como veis cayada no tiene definición. La definición hay que buscarla en cayado que, como vemos, nos dice que es “especialmente el de los pastores”. De paso quiero añadir que servía para muchas cosas más que para sujetar a las ovejas.
Ya saben que lo que quiero es
aprender. Entonces, pregunto: si el cayado es especialmente el de los pastores,
y éstos, los pastores digo, hace muchos, muchos años decidieron que se llamaba cayada ¿quién debe decidir el nombre?
Esto me recuerda –más de una vez
me ocurrió- que cuando el sujeto se creía por encima del nivel del pastor y su
rebaño para abrirse paso entre las ovejas lanzaba puntapiés -mejor diré
coces o patadas- a la vez que gritaba ¡aparta ovejo! Una vez le dije a uno de
estos "intelectuales": “¡eres tan bruto, tan torpe, que no sabes que son ovejas!
Resumiendo: ya sabemos que la palabra proviene del latín caiado-caiada, pero también sabemos que el latín no es idioma muy al uso corriente. Es por eso por lo que reivindico la palabra cayada en castellano, porque fue mí (y de todos los pastores que conozco) útil de trabajo.
Resumiendo: ya sabemos que la palabra proviene del latín caiado-caiada, pero también sabemos que el latín no es idioma muy al uso corriente. Es por eso por lo que reivindico la palabra cayada en castellano, porque fue mí (y de todos los pastores que conozco) útil de trabajo.
En fin que yo decía hace un rato
que vaya manera de complicar las cosas con lo fácil que es: ni con “B”, ni con “V”: cayada. También encuentro -entre el mundo llamado “culto”- que hay
quien lo complica de la manera que acabo de sugerir que, en vez de escribir cayada, escribe callada que, quizá, es
lo que yo debería haber hecho: callarme. Pero no quiero hacerlo, porque quiero
reivindicar la palabra cayada que
parece que no se usa demasiado. Al mismo tiempo quiero rendirla un homenaje y
para ello, aunque sea repetirme os vuelvo a ofrecer –con vuestro permiso- este
extraordinario romance que, casi seguro, escribió un usuario de la CAYADA.
Bueno que, por mí no ha de quedar; quiero reivindicar y reivindico, en esta tierra castellana de mis amores; ni cayado, ni báculo, ni garrote, ni palo, ni estaca, ni cachava… El equipo pastoril lo formaban: la alforja o el morral, la manta y la CAYADA. Es posible que hasta aquí llegara de la mano de los merineros en su trashumancia entre las dehesas de Extremadura y las montañas de León. De cualquier forma, lo que este ex pastor y sus colegas más inmediatos manejábamos era la: CAYADA.
Camporredondo, 2 de julio de 2015
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