lunes, 21 de noviembre de 2016

¿Puchero enfermo, o puchero de enfermo?

Releyendo “Un año de mi vida” (pág. 123) de Miguel Delibes me ha llamado la atención una frase a la que quizás en otro momento no di importancia ninguna. Además he consultado el DLE (Diccionario de la Lengua Española) y encuentro la misma frase: “huele a puchero de enfermo”.

Puchero de enfermo
1. m. Cocido que se hace en el puchero, sin ingredientes que puedan ser nocivos a los estómagos delicados.
2. m. Cosa consabida, insustancial y fuera de razón. Huele a puchero de enfermo.
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Analizando la acepción primera y llegando hasta donde me permite mi magín, veo claro que el puchero de enfermo no tiene trampa ni cartón: lo pueden consumir incluso los estómagos delicados. ¿Es insustancial? Posiblemente sí, pero absolutamente fiable: es… lo que parece.

La acepción segunda es distinta: puede que el puchero de enfermo sea insustancial, lo que no quiere decir que esté fuera de razón dado que su destino es el enfermo (puchero de, o para, enfermo). También puede ser que nos interese más cuidar nuestra salud que el posible sabor añadido que pueda tener el cocido en general (puchero), en cuyo caso es interesante el puchero de enfermo, por lo que jamás estará fuera de razón.

Después de setenta y… años descubro que lo que aprendí de aquellos sabios de faja negra rodeando la cintura y boina calada hasta las orejas -y otros-, que acudían a jugar la partida en la cocina de casa, (habilitada en las noches de invierno como cantina) es un significado distinto al que le dan los diccionarios de la Real Academia. Decían, aquéllos, cuando un asunto no era de fiar o no estaba suficientemente claro: huele a puchero enfermo: "¡cuidado, esto huele a puchero enfermo!" Daban a entender que el asunto (puchero) no estaba claro: huele a podrido, esto me huele mal, tiene tufillo, huele a cuerno quemado o, sencillamente: huele a puchero enfermo (puchero-asunto cuyas condiciones habrá que auscultar), por lo que debías tomar precauciones y no fiarte de las apariencias.

Usaban esta frase u otra equivalente: ¡cuidado, esto me huele a cuerno quemado! (ten cuidado que puede no ser lo que parece, puede tener trampa).

Tanto una frase como la otra nos daban a entender que no había que fiarse de las apariencias, que aquello aparentemente inofensivo, o favorable, podía tener trampa. Un ejemplo adaptado a los tiempos que ahora corren: “he colocado mis ahorros en “Fórum Filatélico -o en preferentes- (dos timos) y me dan un 7% de interés”. Aquél de faja negra y boina calada hasta las orejas que lo oye (lo oyó) dice (dijo): oye, esto huele a puchero enfermo (por eso no le pillaron). Quiere decirse que a pesar de las apariencias favorables puede ser peligroso (si el puchero está enfermo y te fías, sólo, de su apariencia, puede ser peligroso)

Es posible que las frases puedan ser parecidas, pero el resultado puede resultar completamente distinto. El puchero de, o para enfermo, es una garantía de salubridad, se puede consumir sin temor a intoxicarse, y el olor a puchero enfermo nos previene contra las buenas apariencias pero que puede encerrar algún peligro del que después nos lamentaremos.

Resumiendo: mis ancestros y el DLE establecen diferencias entre la palabra “puchero enfermo o puchero de enfermo. Para los míos (rurales ellos y yo) existe la posibilidad de que el puchero esté enfermo (en condiciones poco saludables, lo que representa un riesgo) y para el diccionario el puchero es para el enfermo en cuyo caso existe total garantía de salubridad (puede uno fiarse) aunque cierto es que puede resultar insustancial: pero no hay engaño. Como insustancial puede resultar mi escrito. Pero como existe libertad de expresión yo la he usado, garantizando que no tiene ningún riesgo su lectura… que no huele a “puchero enfermo” vamos.

Sanseacabó: he querido decir, y he dicho, que en mi pueblo no usamos la frase puchero de enfermo, sino puchero enfermo, que es parecido pero no es lo mismo.

¿Estáis de acuerdo? ¿No? Pues venga que hay que mojarse.

Y, de momento, nada huele a puchero enfermo en…

Camporredondo, 31 de octubre de 2016


2 comentarios:

  1. Sorprendente la digresión. Yo también he oido siempre: puchero enfermo. Pero,PÉRO!!( invento mío), es como dice Delibes. Porque el pucheo hace pensar que lo que huele mal, es la causa por la que se ha puesto esa comoda: la enfermedad q padece el enfermo. Un saludo con tetrado sobre la fecha de publicación.

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  2. Fe de erratas: "comoda" por comida

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