lunes, 4 de diciembre de 2017

Orillar

Entre las palabras que, en su momento, recogimos en el “Diccionario de Camporredondo” ya figura esta palabra. Porque no pensamos que la palabra orillar se encontrara en peligro, creí que con decir… ORILLAR.- Acercarse demasiado a la orilla” sería suficiente para darle el significado rural que pretendíamos. Ése era nuestro propósito.

Al decir "acercarse demasiado a la orilla", estábamos pensando en el carro circulando por la carretera polvorienta (carro y carretera polvorienta sí que han desaparecido) y en cómo, al arrimarse la rueda del carro al borde (orilla) de la cuneta, la rueda se hundía y el carro volcaba. Éste es el sentido que le dimos. Indudablemente, como veremos más adelante, la palabra orillar tiene un sinfín de acepciones, motivo por el cual hoy nos decidimos a profundizar un poco más.

Aproximadamente a las 19 horas y treinta minutos de hoy, 22 de noviembre de 2017, y escuchando un programa sobre el campo, habla el “experto” en lenguaje rural para aclararnos lo que significa la palabra orillar.

Oigo, y escucho, en la radio:

Buenas tardes. El miércoles pasado hablé del adverbio orilla, tan empleado por los mayores en Castilla y León. El de hoy es un verbo, el verbo orillar. De la misma vitalidad, creo yo, que la palabra del último programa. Leo en Delibes, que nos cuenta que el señor Cayo dio un rodeo para orillar los escombros. Vuelvo a leer esa misma palabra en “El hereje”  cuando dice que “después de orillar los bogales del camino -conforme a su experiencia-, el carruaje se detuvo ante la puerta de la parra junto al pozo. Orillar; es decir dejar a un lado, rodear. Es palabra esta que enriquece nuestro español, eso no cabe duda. Es palabra que, como tantas otras, deberíamos de seguir empleando. Olvidemos tanto anglicismo y palabras de fuera y mantengamos muestras viejas palabras de Casilla la Vieja como la de hoy: orillar.

Visto desde la perspectiva que acabamos de teclear, parece que debemos entender que la palabra orillar sólo nos sirve cuando queramos rodear los escombros y bogales por la incomodidad o el riesgo que implica intentar ignorarlos.

Indudablemente, si sólo pensamos en la palabra orillar como palabra rural y en el sentido que le da el “experto”…, ocurre como cuando yo la incluí en el Diccionario de Camporredondo: flaco favor la hacemos. Desde ese punto de vista el comentarista de la radio, y yo en el diccionario, parece que tenemos razón: habría que agradecernos que la tengamos por palabra en peligro de desaparición. Pero es que la misma palabra, orillar, tiene muchas más acepciones.

 Veamos:

Orillar: acercar a la orilla. Orillar: eludir, dar de lado un problema. Orillar: soslayar una dificultad. Orillar: reforzar el borde de una tela. Orillar: esquivar cualquier obstáculo. Orillar: dejar de lado lo que estás haciendo y dedicarte a otra cosa… en fin, echadle hilo a la cometa porque hay para dar y vender sinónimos de la palabra orillar. Repetimos que, si a la palabra orillar la encuadramos dentro del entorno del carro (cuneta, bogales, etc.) podemos decir que ya ha desaparecido por falta de carros, pero ahora hay otro tipo de vehículos que necesitan tener cuidado con no orillarse porque pueden volcar en la cuneta, atascarse en el lodo, o romper los bajos en los bogales. O como me ocurrió a mí, en mis años jovencitos, que por orillar la yunta con el arado al brocal del pozo, uno de los machos cayó dentro. Por cierto, la palabra bogales nunca la oí hasta que leí a Delibes y, parece ser que se refiere a terrenos con piedra a ras de tierra o muy somera (lo desconozco).

Resumiendo, la palabra orillar, en la narrativa de Delibes, tiene el mismo futuro que la recogida en el Diccionario de Camporredondo: ni hay carros para que orillen bogales o vuelquen en la cuneta, ni Señores Cayo para orillar escombreras. Sin embargo la palabra orillar seguirá usándose: así lo espero y deseo. Ah, y permitidme que de mi opinión: algunas opciones de la palabra orillar son estrictamente rurales, otras no. Así lo demuestran nuestros diccionarios desde el siglo XVIII al XXI.

Y ahora, orillamos la palabra orillar para seguir con otras cosas.



Camporredondo, 25 de noviembre de 2017


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