miércoles, 13 de enero de 2016

Nuevo descubrimiento

Un nuevo descubrimiento

Ocupado estaba yo en otros menesteres, motivo por el cual me había perdido las nuevas incorporaciones con que el “experto” en Delibes, señor Urdiales, nos obsequia un día sí y otro también. Pero como dicen que el diablo todo lo enreda, tal vez fuera el diablo (yo más bien creo que fuera Dios para desfacer entuertos) el que me dijo: visita las lindezas del señor Urdiales porque te van a sorprender. Y sin encomendarme a Dios ni al diablo, visité el blog del señor Urdiales. Blog o lo que sea porque, como dijera el Nini: “eso es inventado, de eso no entiendo”. Como digo, visité el atropello que este señor está cometiendo con el lenguaje rural y la obra de Delibes (es  mi, justificada, opinión).

Sorprendido encontré lo que más adelante os presentaré, ni quito ni pongo.

Observo, no obstante, que  -en el empeño que este señor pone para enseñarnos- algo vamos ganando: el autor ha eliminado aquella… ¿Cómo decirlo? Sí, sí, como él lo llamaba: (investigación de campo). Además nos ofrece fotografía y nos da la referencia de dónde se produce la, su, noticia. Es aprovechando esta facilidad -que tanto he reclamado y tanto agradezco- que realicé llamada telefónica a Castrillo Tejeriego y si bien allí la herramienta de la foto, como muy bien nos dice el “experto”,  se llama caco, no es menos cierto que sirve para lo mismo en Castrillo Tejeriego que en mi pueblo, Camporredondo, aunque aquí, y en los pueblos del contorno la llamamos pico (pico para sacar remolachas).

Tras esta previa, vamos con el uso que de estas herramientas hacíamos los agricultores de ayer (hoy, afortunadamente, las máquinas han acudido en auxilio de quien realiza tan noble labor).

Aunque en “La pizarra de Gaude” ya lo he explicado en diferentes entradas, creo que debo repetir todo el proceso de producción de la remolacha, en cuanto a siembra y recolección se refiere.

En el tiempo que la siembra se hacía a cordón seguido, esto es, reguero de semilla surco adelante, debo decir y digo: era necesario eliminar después gran parte de la planta para que la que quedaba a distancia correcta pudiera desarrollarse y con ello aumentar la producción. ¿Que por qué explico todo el proceso? Pues para dejar patente la “burrada” que supondría hacerlo con la herramienta que el señor Urdiales nos indica.

Una vez que la nueva planta se había desarrollado lo suficiente, era necesario un primer ENTRESAQUE, lo llamábamos encasillar (dejar grupos de plantas a la distancia que quedaría después la planta definitiva).

Realizado el primer ENTRESAQUE venía el segundo y definitivo: eliminar todas las plantas excepto una que es la que formaría parte de la cosecha. Esta segunda labor lo llamábamos entresacar y más corrientemente capar.

Y ahora quiero preguntar, y pregunto al “experto”: ¿sería usted capaz de enseñarnos, también, como realizar esta tarea con la herramienta que nos muestra en la fotografía? No, no se moleste es imposible, pero no se preocupe porque este inculto paleto se lo explicará  a continuación.

Cuando la planta tenía el desarrollo adecuado, el agricultor, yo, cogía la BINADERA y además de rozar el surco para eliminar las hierbas indeseables, iba haciendo el primer ENTRESAQUE, dejando las remolachas en pequeños grupos, llamados casillas (tarea llamada encasillar).

Pasados unos días se volvía sobre el segundo y definitivo ENTRESAQUE: se arrancaba toda la planta excepto la más desarrollada, o mejor situada, que es la que formaría parte de la cosecha (tarea llamada capar).

Ya hemos dicho que tanto para el primero, como el segundo entresaque, se usaba la binadera. Pero esto era en Camporredondo y pueblos limítrofes. Había otras zonas en las que estas operaciones las realizaban, además de con la binadera, con la azuela o el almocafre, como ocurría en Castrillo Tejeriego, según conferencia mantenida (por mí) con dos vecinos.

Ya tenemos las remolachas ENTRESACADAS, queda cultivarlas para después, allá por los meses de noviembre a febrero/marzo, sacarlas (arrancarlas). ¿Con qué herramienta se sacaban? Pues eso, con el caco en Castrillo Tejeriego (pico de sacar remolachas en Camporredondo y pueblos limítrofes).

El caco, o pico, es la herramienta más grande de las dos que nos muestra el “experto”. La otra… la otra en Castrillo Tejeriego se llama gancho (en Camporredondo y pueblos limítrofes, ganchillo) y es posterior. Con el pico había que clavarlo en la tierra y haciendo palanca con el astil se arrancaba la remolacha. Con el ganchillo se enganchaba por la corona y, a tirón, se arrancaba.

¿Ha quedado claro? Tanto el caco como el gancho, en Castrillo Tejeriego, pico y ganchillo en Camporredondo y pueblos limítrofes, servían para sacar (arrancar la remolacha). ENTRESACAR es tarea distinta como ya hemos visto.

Un minuto para la reflexión querido lector: no hay duda que los años pasan y si, cuando pasen unos cuantos, surge un auténtico investigador interesado en  cómo se desarrollaban las tareas en el campo allá por la primera mitad del siglo XX y piensa: ¿para qué darle más vueltas investigando?  Hubo un experto que lo dejó estudiado y tiene todas las garantías de conocer el tema pues… era experto en Delibes y además le avalaban: Fundación instituto castellano y leonés de la lengua; Cátedra Miguel Delibes; diario El norte de Castilla, Excma. Diputación provincial de Valladolid (la cual con dinero del contribuyente financiaba las charlas que el autor pronunciaba por esos mundos de Dios). Por mediación del Ministerio de educación impartía sus peroratas por colegios e institutos. También le avalaba la Fundación Miguel Delibes, en cuya sede presentó un librito (llamado “Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes” editado por ediciones Cinca), y hasta en otros diarios de tirada nacional admiraban palabras que no existían… etc.

Como decía, este verdadero investigador quiso saber más e investigó lo que era entresacar, para llegar a una conclusión: mira si serían brutos -dirá o escribirá- que entresacaban las remolachas con las herramientas de la foto -que presentará- ¡con lo fácil que hubiera sido hacerlo con la binadera!

Porque el tiempo ha pasado y a este paleto le quedan pocos telediarios quiero dejar escrito: si hay un bruto ignorante en toda esta historia es el autor de la noticia que ni siquiera por respeto a su bisabuelo -hombre de campo como yo- se molestó en investigar cómo nos ganábamos los gabrieles. Lo importante, para él, es que la Excma. Diputación provincial de Valladolid, más ignorante -en el tema- que él, pagaba religiosamente con dinero público por desinformar, o confundir, sobre una cultura rural ya desaparecida.

Termino con la noticia tal cual la encontré pululando por el espacio estelar (¿Facebook?).







Se llama caco y servía para entresacar la remolacha (al menos lo llamaban así en Castrillo Tejeriego. No sé en otras zonas).








Aquí los tenéis: primero por la derecha el caco en Castrillo Tejeriego, pico para sacar remolachas en Camporredondo y sus alrededores. A la izquierda el gancho en Castrillo Tejeriego, ganchillo en Camporredondo y pueblos limítrofes. Los dos servían para sacar (arrancar) la remolacha.

Terminando: cuando el señor Urdiales recurría al DRAE, a veces metía la pata hasta el corvejón, ya hemos dicho que el lenguaje rural no tiene diccionario, pero ahora que ha superado aquella etapa, y va por libre (cree haber aprendido) pues patina más que antes. ¿Por qué digo esto? Pues porque si hubiera acudido al DRAE hubiera visto que en su segunda acepción viene como anillo al dedo. Vedlo amigos:


entresacar 
1. tr. Sacar algo de entre otra cosa.
2. tr. Aclarar un monte, cortando algunos árboles, o espaciar las plantas que han nacido muy juntas en un sembrado.

Una pregunta: ¿sería posible entresacar las plantas con las herramientas de la fotografía?

Y, de momento, sólo me queda añadir: obligados deberíamos estar a respetar la memoria de nuestros ancestros, sus costumbres  y su lenguaje rural. La de nuestros bisabuelos también, señor Urdiales.

Camporredondo 9 de enero de 2016.


P.D. Por considerarlo un derecho que como ciudadano tengo, y una obligación por denunciar lo que creo es injusto, esta misma entrada será remitida a la Excma. Diputación provincial de Valladolid. Quedando pendiente de rectificación por este mismo medio si el/los posibles afectados demostraran algún error o interpretación errónea por mi parte.

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