martes, 6 de septiembre de 2016

La gafa de Urdiales

La gafa del “experto” Urdiales

¿Qué es para Delibes una gafa? Lo cuento dentro de un rato en EsRadio CyL. Programa: Es el campo de Castilla y León. De 19 a 20 h.


Así lo encontré en Facebook. Lo que escuché en la emisora “Esradio CyL. Programa: Es el campo de Castilla y León directo”, a las 19’25 del día 22 es lo que os cuento a continuación:

(…) la usamos algunos para leer y hay gente que la lleva siempre. Delibes la emplea en un libro que se llama “Las perdices del domingo y tiene otro significado distinto. Ya sabemos que las palabras en general tienen varios significados y, en este caso, Delibes dice así: “… donde encontramos a la perdiz, tras cuatro días consecutivos de caza, resabiada, hosca, e inabordable.  Jesús, el práctico, la calificó de gafa, vocablo que, seguramente por extensión  del aplicado a las caballerías de casco irritado, delata inquietud”. 

Parece que Delibes desconoce el vocablo gafa, aplicado a la perdiz. Y continúa el "experto":

Así que podemos concluir, después de lo que dice Delibes, que una perdiz gafa es una perdiz inquieta y por tanto una perdiz dificultosa para la caza.

La locutora preguntó al entrevistado sobre la palabra “gafa”. El señor no conocía más gafa que la que usamos para ver. Porque el entrevistado desconoce la palabra, la locutora recurrió al “experto”, quien atribuye la palabra a Delibes y dice lo que más arriba he tecleado.

Me llamó la atención el buen deseo y predisposición de la locutora por la conservación del lenguaje rural, así como a continuación el recurso usado para ello: el “experto”. No hace falta que os diga la distancia existente entre el doctor cum laude en ciencias de la información y este ex pastor -y ex cazador- en el tema –lenguaje rural- que nos ocupa. Pues ésta es otra de tantas palabras que, según este paleto, el señor Urdiales no entiende y, como no lo entiende, adjudica su autoría al escritor que caza. (¿Otra investigación de campo, que viene a ser un a mí me lo han dicho?).

Según el “experto”, para Delibes la perdiz resabiada (agresiva), hosca (áspera), inabordable (que  no permite acercamiento)…es una perdiz “gafa” pero… vamos a ver señor Urdiales, leamos de nuevo: “…, e inabordable. Jesús, el práctico, la calificó  de gafa, vocablo que, seguramente por extensión del aplicado a la caballerías de casco irritado delata inquietud”.

Cavilemos: según este humilde e inculto paleto, el que dice de la perdiz que es gafa es Jesús, el práctico que, leyendo “Las perdices del domingo”, parece que es el que dirige, o aconseja, cómo ha de realizarse la cacería. Delibes, como tantas otras veces, se limita a tomar nota, y reproducir lo que Jesús, el práctico, dice. Y Jesús, el práctico, dice que la perdiz es gafa como podía haber dicho que era comadreja (lo digo por lo de áspera, hosca e inabordable).

De manera que si lo dejamos al albur, o capricho, del señor “experto”, el lenguaje rural se anotará una (otra) palabra más que nunca ha existido sino en la ignorancia del atrevido “experto” que se la adjudicó a Delibes, siendo esto muy fácil: el escritor no está para desmentirlo.

Como último comentario quiero decir: los nombres de los personajes usados por Delibes, en esta obra, no son imaginarios, sino reales, personas de carne y hueso; por tanto Jesús, el práctico, dijo que la perdiz era gafa –la palabra no la inventó Delibes- y el “cazador que escribe” la recogió.

Y repito: sólo es la opinión de un humilde hombre de campo (ex pastor, ex agricultor, y ex cazador) que jamás llamó, ni oyó llamar gafa, a una perdiz resabiada, hosca e inabordable.

Respeto para el escritor y para el lenguaje rural: ellos no pueden defenderse.


Camporredondo, 25 de junio de 2016

PD. Acostumbro a que aquello que digo se aproxime, lo mas posible, a la realidad. En este caso me puse en contacto con el ayuntamiento de Cabreros del Río y con algunos vecinos más (cazadores y no cazadores) interesándome por la palabra que nos ocupa; resultando que, como presumía, la palabra gafa no existe más allá de la gafa, o gafas, para la vista. Debo decir que entre los cazadores había uno mayor y él jamás oyó la palabra referida a la perdiz.

Resultando señor Urdiales que no, Delibes escuchó la palabra gafa de boca de Jesús, el práctico. Jesús, el práctico, la usó como pudo haber usado otra cualquiera para concluir que la perdiz era difícil de cazar y en vez de decir que era hosca, inabordable y resabiada, como muy bien calificó Delibes, se le ocurrió llamarla gafa como, según dije más arriba, pudo  haber dicho comadreja.

Seriedad señor Urdiales, conservemos las palabras en trance de desaparecer, pero dejemos de inventar otras (no tenemos  categoría), porque, si además usted se apoya en Delibes, puede que por respeto y admiración al cazador que escribe, la palabra que nunca existió, pase a formar parte de palabras en trance de desaparecer. Además, como ya me ha sucedido, puede que haya quién diga que Delibes se inventó palabras que no pertenecen al castellano.

Puede que usted tenga -y es de temer- otra fuerza, la mía es la fuerza del que busca la razón sin más pretensiones que el amor por nuestro lenguaje rural. Investigue, ayúdenos a conservar el maravilloso lenguaje que hablaron nuestros abuelos, y nosotros mismos, pero... no falte a la verdad.

Al principio del escrito el "experto" hacía una pregunta: ¿Qué es para Delibes una gafa? Pues bien; como creo estar en condiciones de satisfacer la  curiosidad del señor Urdiales le diré: para Delibes una gafa es aquello que "usamos algunos para leer y hay gente la lleva siempre". Lo que ocurre es que a Delibes le llamó la atención el significado de gafa que le dio Jesús, el práctico, a la perdiz, la recogió, y nos la transmitió. Después cada quisque la interpretamos como "Dios nos da a entender" y así nos luce el pelo.

2 comentarios:

  1. Admirado Gaude:

    Como siempre, razonas muy bien lo que expones a propósito de la palabra en cuestión. Efectivamente, Delibes recoge el término con esa acepción porque le extraña y, al mismo tiempo, porque tiene una curiosidad por los vocablos de las gentes de Castilla propia de un dialectólogo. Sin embargo, en "El príncipe destronado", utiliza "gafa" con una acepción recogida en el DRAE relativa a una persona que por enfermedad tiene encorvados los dedos de manos y pies. Usa este adjetivo, que también se puede usar como sustantivo, para referirse a la "Vito", la encantadora muchacha que cuida a Quico.
    Gracias una vez más por tu defensa desinteresada del mundo rural.

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    1. No cabe la menor duda, Luciano, de que la palabra “gafa” tiene varias acepciones. De sobra lo sabéis los que tenéis motivos y, además, sabéis más.
      Pero lo que quizás no sepan algunos es que los incultos (yo) siempre encontraremos la palabra adecuada a nuestro lenguaje cuando la académica no acuda a nuestras mientes.
      Quizás si me hubiera ocurrido a mi hubiera encontrado otra palabra que nada tiene que ver con la perdiz resabiada, hosca e inabordable, pero que, el otro yo, (paleto también) hubiera entendido, perfectamente, que me refería a la perdiz inalcanzable, arisca, difícil, imposible de sorprender, que es lo que, yo creo, -pero no lo puedo demostrar- le quiso decir Jesús, el práctico, al escritor. Además, después de cuatro días consecutivos de caza no debe extrañar que la perdiz no se deje sorprender.
      Aún así –por aquello de la duda- contacté con el entorno de la cacería y a nadie se le hubiera ocurrido tildar de gafa a la perdiz resabiada, hosca e inabordable. A Delibes, parece que también le extrañó, de ahí que añadiera aquello de… “vocablo que, seguramente por extensión del aplicado a las caballerías de casco irritado, delata inquietud”. Vocablo que yo desconozco como aplicado a las caballerías de casco irritado.
      Así que no, aquella perdiz de nuestra historia, parece que no tenía deformidad ninguna, por eso era difícil de sorprender.
      Tú sí, lees a Delibes o... a mí me lo parece.
      Un abrazo campero.

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