En tiempo pretérito dejé esta palabra para ver si más adelante me la aclaraban un poco más. La dejé al encontrarla cuando repasaba otras “lindezas” que nos brinda la “Cátedra Miguel Delibes”. Me llamó la atención porque pensé: ¿no necesitará una aclaración –en la obra de Delibes- aparte de la que nos ofrece el Diccionario de la Real Academia?
El glosario de Cátedra Miguel Delibes, según su autor, dice (sic):
Empatedera
ELCM p. 84
(...) forzarle a una opción, equivaldría a buscarle una empatadera.
empatadera.
1. f. coloq. Acción y efecto
de empatar y suspender una resolución, o por obstáculo sobrevenido, o por
contrarresto hecho, como sucede en el juego de los naipes. Salió Julián con la
empatadera, y cesó todo.
Así lo encontré en el glosario de la cátedra que, como
vemos, se ha limitado a copiar y pegar lo que la RAE dice.
El Diccionario de la Lengua Española (DLE) dice:
empatadera
1. f. coloq. p. us. Acción y efecto de
empatar y suspender una resolución, o por obstáculo sobrevenido, o por contrarresto
hecho, como sucede en el juego de los naipes. Salió fulano con la empatadera y cesó todo.
Delibes, bajo mi punto de vista, y creo que acertadamente, siempre que se le presenta la ocasión echa mano de las palabras que
están gravemente amenazadas de desaparecer y las usa. Así, en “Diario de un
cazador” dice: “Si me dijeran que eligiese entre Anita y la escopeta me
buscaban una empatadera”. ¡Claro coño, pues claro! si le proponen eso le buscan
un problema de muy difícil solución.
Por mi parte, en vez de seguir dándole vueltas, quiero ahora presentaros una forma seria de entender a Delibes y su narrativa:
EMPATADERA. f.
conflicto prácticamente irresoluble: “El hombre-cazador no sabría prescindir
del campo y en no pocos casos forzarle a una opción equivaldría a buscarle una empatadera” (El libro de la caza menor, p.83).
Con esta explicación hasta yo,
que voy justito, justito, he entendido lo que es empatadera: al hombre-cazador se
le presenta un conflicto de difícil solución si tiene que elegir entre el campo
y, en no pocas ocasiones, otras opciones. Y esto sin tener que recurrir al
Diccionario de la Real Academia Española (DLE).
Bueno, pues esto se consigue
leyendo y comprendiendo a Delibes. Así lo encuentro en el libro “En torno a las
palabras de Delibes” editado por Ediciones Castilla, cuyo autor es Luciano
López Gutiérrez al que, dicho sea de paso, no tengo el placer de conocer más allá que a través de las ondas hercianas y sus obras.
Aprovecho la ocasión para decirle a D. Luciano: lo mismo que dije a otros, y aceptaron, su casa la tiene en...
Aprovecho la ocasión para decirle a D. Luciano: lo mismo que dije a otros, y aceptaron, su casa la tiene en...
Camporredondo, 27 de octubre de 2016
Amigo Gaude: A mí también me gustaría muchísimo saludarte en persona y conocer tu museo. A ver si encuentro una ocasión y puede ser más pronto que tarde. Muy honrado y agradecido con tu invitación. Abrazos.
ResponderEliminarCuando comenzó el siglo, en Camporredondo había una posibilidad (casi realidad) de un ilusionante y sentimental museo rural. Desde el año 2004, gracias al "buen hacer" de nuestras autoridades, lo que queda de aquella ilusión es un horrible cuarto trastero.
EliminarGracias Luciano, un abrazo rural