Una vez más queda patente la baja
o nula credibilidad que me ofrecen estos libritos titulados “diccionarios”, o
el bajo o nulo interés que demuestra su autor por la obra de Delibes y el
lenguaje rural.
Intento razonar lo que digo: en
la página 132 del “Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel
Delibes” -editado por Fundación Instituto castellano y leonés de la lengua-, en
el mismo “diccionario” -editado por ediciones Cinca, página 68- y en Cátedra
Miguel Delibes, se repite lo que, fielmente, transcribo:
Escríbalo
ET p. 118
(...) un acre olor a escríbalos y boñiga.
Escríbalos: El término empleado en la zona es "escíbalos" (cagarruta de oveja o cabra) aunque por su parecido alguien pueda llamarlos "escríbalos". (Investigación de campo)
(...) un acre olor a escríbalos y boñiga.
Escríbalos: El término empleado en la zona es "escíbalos" (cagarruta de oveja o cabra) aunque por su parecido alguien pueda llamarlos "escríbalos". (Investigación de campo)
Leído esto, y leído “El tesoro” página 134, Círculo de
lectores, año 1989 -con carta del autor incluida-, encontramos alguna
diferencia. Dice el escritor:
(…) Ya en la
esquina, tomaron el callejón de la izquierda, a la abrigada, cuyo piso,
reblandecido, exhalaba un fuerte olor a escíbalos
y boñiga. (…).
Bien. A ver por dónde empiezo: si
en la edición de “El tesoro” que el autor ha leído se hubiera colado un error
de imprenta, ¿no debería molestarse en investigar un poquito?, ¡siquiera un
poquito! El autor de los libritos dice que el término empleado en la zona es escíbalos. Pero entonces… esa
investigación de que alardea ¿para qué sirve? ¿Y si el autor hubiera leído
erróneamente, podemos achacar el error al escritor? ¿Pretendemos eso?
Señores, ante esto, yo no sé qué
pensar… bueno sí sé lo que pienso aunque no lo deba escribir.
Lo que sí quiero es reiterar el gran
riesgo que corre la obra de Delibes y el lenguaje rural si su comprensión queda
en manos de estos libritos. ¿Pasaremos a la historia de dicho lenguaje la
palabra escríbalo, porque un señor no
supo leer al escritor, así lo entendió y la daremos por verdadera? Tengamos en
cuenta –vuelvo a recordar- que el autor de los libritos es filólogo doctor cum laude en ciencias de la
información y, a su vez, vienen avalados por: Fundación Instituto castellano y
leonés de la lengua, Fundación Miguel Delibes-en cuya sede se presentó la
edición de ediciones Cinca-, Cátedra Miguel Delibes, diario El norte de Castilla,
ministerio de incultura rural, Excma.
diputación provincial de Valladolid… y admirado por todos aquéllos que
desconocen el mundo en torno al cual gira buena parte de la obra de Delibes: el
mundo rural.
¡Para qué insisto, si da igual!
Delibes no escribió la palabra escríbalo. Esta palabra es fruto de la más
absoluta ignorancia del que se cree docto en esta materia. Digo ignorancia
porque no quiero pensar en mala fe.
Y por hoy punto final.
PD después del punto final quiero
rogar respuesta a una pregunta que se me ocurre al autor de los libritos: usted
dice “…aunque por su parecido alguien pueda
llamarlos “escríbalos”. (Investigación de campo). ¿Quiere usted,
señor autor, decirnos quién es ese alguien que, según usted, lo llama
escríbalos?
Gracias.
Camporredondo, 11 de
septiembre de 2015.
Por enésima vez, querido y admirado Gaude, recibe mi enhorabuena por tu heroica defensa del lenguaje rural y de la obra de Delibes. No dejes de seguir siendo la voz que clama en el desierto. A ver si con suerte acaban enterándose y rectificando (ocasiones tienen). Abrazos.
ResponderEliminarCada día que pasa, Luciano, siento más pena. Si nadie siente la necesidad de juzgar negativamente mis reflexiones qué ocurre, ¿que estoy en lo cierto?. Y si estoy en lo cierto... ¿no es lo suficientemente grave para actuar? Siempre me queda la esperanza en algún Luciano que tome el relevo: yo estoy llegando.
ResponderEliminarUn abrazo.