sábado, 10 de octubre de 2015

Gancho

Una de las mejoras más interesantes que el autor de los libritos, mal llamados diccionarios, nos ofrece en este segundo-primer “Diccionario” del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes, es ésta que nos muestra en el editado por ediciones Cinca. Digo esto porque, al menos, nos libra de repasar las más de treinta acepciones que el experto ha recogido del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) y nos las ha enjaretado en Cátedra Miguel Delibes y en el “Diccionario” del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes editado por Fundación instituto castellano y leonés de la lengua.

Reproduzco, fielmente, lo que nos dice en el último librito, dejando a la elección del que así lo desee, darse un garbeo por las otras dos referencias.

Dice el experto:

gancho
DVSC P. 119
(…) se veían arcones de nogal, viejos arados, ganchos, escañiles y yugos llenos de polvo y telarañas.
Gancho. (De or. inc.)
1. m. Instrumento corvo y por lo común puntiagudo en uno o ambos extremos, que sirve para prender, agarrar o colgar algo.

Hasta aquí lo que recoge del DRAE. Lo que sigue es su… (Investigación de campo).

Gancho: Instrumento de labor que se utiliza en la trilla. Este instrumento de hierro se montaba y desmontaba en la parte trasera del trillo. Una vez trillada la capa superior de la parva, se colocaba el gancho de forma que voltease la paja y el grano ya trillados hacia el suelo y así tener en la superficie nueva paja y granos que trillar. (Investigación de campo)

Si ya habéis consultado el primero de los libritos, la Cátedra Miguel Delibes y el DRAE, habréis visto que vale la pena la mejora que ha introducido en este último “diccionario”.

Lo primero que me sorprende es ¿cómo ha llegado el experto a la conclusión –entre más de treinta acepciones- de que se refería, el escritor, a la tornadora?

Pero como veo que por ahí ha enfocado el tema, algo podremos decir:

Indudablemente el gancho (tornadora) se monta y desmonta en la parte trasera del trillo (travesaño posterior), no se podría desmontar si previamente no se ha montado. Pero dejemos esto a un lado. Qué duda cabe que este “instrumento de hierro” pertenece al (amplísimo) grupo de los ganchos, pero cuando este gancho tiene nombre propio creo que bastante clarificador es nombrarlo, con lo cual facilitamos mucho el trabajo para describir el útil de era.

De forma rápida veamos cómo se utilizaba el gancho (tornadora) en la parva. No hay que ser un lince para darse cuenta de que en cuanto el trillo comienza a ser arrastrado sobre la parva, por su propio peso, más el de la persona que conduce la yunta, la parva se apelmaza. Si seguimos dando vueltas sin remover (volver) la parva, resultaría casi imposible terminar de trillar el bálago. Entonces… ¿Qué hacer? Pues enganchar la tornadora (olvidemos ya la palabra gancho) y por su forma irá sacando las pajas de abajo a la superficie, con lo cual conseguiremos ir trillando todo de forma bastante uniforme.
Cuando la parva va estando bastante trillada ya no habrá pajas largas para sacar a la superficie por lo que, aparentemente, la tornadora no nos sirve. Pero esto no es del todo cierto, cuando se dan estas circunstancias, a la tornadora se le coloca una pala que al tiempo que remueve la trilla abre surcos en ella, facilitando mayor superficie en contacto con el sol, elemento importantísimo para que la trilla runda (cunda).

Y ahora vamos con una parte importante, al menos para aquél al que le preocupa que las cosas, o las palabras, no se deformen por falta de rigor.

Si buscáis en el DRAE la palabra tornadora, veréis que no aparece. En su lugar aparece otra muy similar: tornadera.

tornadera.
(De tornar).
1. f. Horca de dos puntas usada para revolver la parva en las labores de la trilla.

Como veis, la RAE parece que no recoge la palabra que define el instrumento que nos ocupa. Es posible que el diccionario se refiera a lo horca de dos picos, o dientes, a la que llama tornadera y que, efectivamente, servía para tender y revolver o dar vuelta a la parva al principio de iniciada la trilla.

Yo ya reclamé, sobre la palabra tornadora, ante la RAE y allí respondieron que seguía su curso: en ésas estamos.

¿Por qué sostengo -pobre paleto- la palabra tornadora? Pues porque desde que tuve uso de razón –y ya ha llovido- así se la nombraba en la era de mi pueblo. Además porque, y así se lo razoné al DRAE, tornadora es la que torna (da vuelta a la parva), como segadora-agavilladora es la máquina que siega y agavilla; segadora-atadora es la máquina que siega y ata; cosechadora es la que siega y separa el grano de la paja y así… trilladora, aventadora, ensacadora… y la tornadora se encarga de tornar (volver) la parva. Siendo tornadera la parva (está tornadera), porque está en sazón para ser tornada (vuelta lo de abajo arriba y viceversa). Pero otra vez más repito que esto es lo que se dice en la era –que es donde se usan estos artilugios-. En la academia y en la oficina, qué duda cabe, se llaman de otra manera. Por cierto ¿se llamarían tornadera, agavilladera, atadera, cosechadera, aventadera, trilladera etc.? Todo es posible. Yo intento, con letras académicas, formar palabras rurales.

Y como tenemos la suerte de poder ofreceros un ejemplo, aquí lo tenéis: tornadoras y trillo. En el gancho del primer travesaño se enganchaba el camizo, o el estrinque, para arrastrar el trillo. O sea que el trillo también tenía gancho pero… era para su arrastre. (Hemos oído campanas...).


Os presentamos el trillo con sus dos tornadoras a las que hemos añadido las palas.
Creo que la foto es bastante clarificadora sobre la utilidad de las tornadoras en la trilla:
evitaban mucha taea de horca y mucho esfuerzo humano.

Camporredondo 25 de septiembre de 2015

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