miércoles, 28 de octubre de 2015

Mantención 2

Sí, sí, sí… ya lo sé: cual ajo, me repito. Por eso titulo a esta entrada mantención 2. Es que el experto también se repite, y ya sabéis, soy: cabezota, testarudo, cabezón, obstinado, bruto, contumaz, tozudo, empecinado, obcecado, tenaz… y tengo muchas más “virtudes”. Si queréis, puede hasta que sea incorregible. Pero es que prefiero ser todo esto, a ser uno de los que llevaba detrás de mí en mi época de pastor: prefiero ser irreductible.

A continuación veréis por qué:

Mantención
CH p. 177
(...) para la mantención de las abejas (...)
Mantención: Se refiere a "manutención". La falta de cultura da estas variaciones fonéticas, como amachambrar por machihembrar, marrotar por malrotar, etc. (Investigación de campo)

Esto encontré en “Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes” editado por “Fundación instituto castellano y leonés de la lengua” y en “Cátedra Miguel Delibes”. Por eso largué mi perorata en “La pizarra de Gaude”, “En camisas de once varas: Mantención”, de fecha 23 de enero de 2014.

Pero la vida sigue, y el tiempo pasa. Pues, con el tiempo, sigo encontrando en “Diccionario del castellano rural en la narrativa de Miguel-Delibes”, esta vez editado por "ediciones Cinca”, lo que sigue:

mantención
CH p. 177
(…) para la mantención de las abejas (…)
Mantención: Se refiere a “manutención”. La falta de cultura da estas variaciones fonéticas, como amachambrar por machihembrar, marrotar por malrotar; etc. (Investigación de campo)

O sea, que el “experto” sigue en sus trece: se cree -porque así corresponde a sus intereses- todo un profesor rural. Y, ya se sabe, para el profesor, los “otros” carecen de cultura. (Nos falta cultura, ¡qué le vamos a hacer!).

No me cabe la más mínima duda de que al que le falta cultura rural es al autor de estos libritos pero, pregunto: ¿de cultura de la otra… de la buena, de la culta, qué tal anda el “experto” autor de los libritos? Lo digo porque un filólogo, doctor cum laude en ciencias de la información, debería saber que la RAE también admite como correcta la palabra mantención. Esta vez tuvo tan seguro que la palabra mantención era incorrecta, que no hizo lo que en circunstancias normales hace -y que tantas veces le ha sacado del atolladero: recurrir al DRAE, el cual en esta ocasión dice:

mantención.
1. f. coloq. p. us. manutención.

Digo que… sería igual si el diccionario de la Real Academia recoge la palabra mantención o no porque, no me canso de decirle: estamos hablando en lenguaje rural. Como hace el señor Cayo (Disputado voto del señor Cayo), Jacinto de Diego (Castilla Habla), el propio Delibes en todas las ocasiones que se presentan, este humilde tecleador, desertor de la esteva y la cayada, y tantos y tantos “incultos” que nos preocupamos de dejar, en la colmena, miel suficiente para la mantención de las abejas, o sea, para que no mueran por inanición (de hambre, quiero decir).

Y ya, metidos en harina, aprovecho para decirle al “experto” lo que en lenguaje rural significa la palabra amachambrar. Otra vez más, verá usted señor: cuando a un hombre, o mujer, rural le oiga decir que aquello a lo que se refiere lo tiene amachambrado, lo que le está diciendo es que lo tiene fuertemente asegurado, fuertemente agarrado, remachado, o como dijo aquel militar… “atado, y bien atado”. Pero cuando vea que un carpintero –u otro profesional- hace los empalmes a macho y hembra, eso se llama machihembrar.

Resumiendo señor culto, académicamente hablando: machihembrar, malrotar, manutención… ¡Sí! Pero si usted tiene el honor de hablar con un hombre o mujer de campo, de ésos a los que nos llaman paletos: amachambrar, mantención, marrotar… ¡También! Y es que, señor “experto” en… no sé qué, a nosotros se nos marrota la fruta, lo que tenemos fuertemente asegurado decimos que lo tenemos amachambrado, a veces el ajuste entre el obrero y el “amo” se hacía por un tanto en dinero, contante y sonante, más la mantención…, y así, échele usted hilo a la cometa señor Urdiales ¡qué le vamos a hacer! Tiene usted que tener paciencia con nosotros, porque somos así de incultos. Pero no se preocupe: con profesores como usted, pronto aprenderemos y, entonces, podría usted dar por finiquitado el lenguaje de nuestros abuelos. Lo que ocurre es que no queremos que eso suceda, y por eso seguiremos diciendo –como hacía Miguel Delibes y sus personajes- que dejamos, como decía, miel suficiente para la mantención de las abejas.

Otra cosa que le quiero enseñar al “experto”: a veces, cuando el obrero y el “amo” se ajustaban (se entendían, cerraban el trato) lo mismo decían, por tanto y la mantención, como por tanto y la “casca”, o sea, la comida. Ya ve usted si somos incultos. Pero yo sé que, en el fondo, usted comprende y perdona nuestra ignorancia.

No quiero finalizar, sin animar al “experto” a que nos diga ese “etc”. que él añade… ¿qué quiere decir, que hay más palabras que no entiende? Si es así ¡dígalo usted hombre, estamos deseando darle unas clases de las que usted está muy necesitado…! De todas maneras le recomiendo que se dé una vuelta por “La pizarra de Gaude”, donde encontrará aclaraciones a algunas palabras que usted, al parecer, no comprende.

Entretanto deje usted que estos hombres y mujeres rurales hablen como les dé la gana. Usted no nos entiende porque le falta… ¿qué le falta? Pues eso: cultura rural. Es usted un inculto ¡ruralmente hablando!. Se lo digo yo que, en lenguaje académico, y en rural también, pego cada tropezón… ¡ah! Y no se preocupe, que yo tropiezo en un cabón (cavón) o una piedra, pero no en carbón de piedra ¿se acuerda? Sí hombre, sí, eche usted un vistazo por “La pizarra de Gaude: En camisas de once varas: carbón”, de fecha 14-5-2014 y verá lo que comentamos.


Camporredondo, 10 de octubre de 2015

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