martes, 12 de julio de 2016

El matacán.

El DLE (Diccionario de la Lengua Española) en su acepción 3 dice:

Matacán
3. m. Liebre que ha sido ya corrida por los perros.

El glosario de Cátedra Miguel Delibes dice:

Matacán

VHCV p. 77, passim

El matacán, como es sabido, es una liebre que se resabia y a fuerza de carreras y de años enmagrece, se la desarrollan las patas traseras, se la aquilla el pecho y corta el viento como un dalle.
matacán.
3. 
m. Liebre que ha sido ya corrida por los perros.

Y en Facebook encuentro:

14 h · 
El matacán es una liebre que se resabia y a fuerza de carreras y de años enmagrece (VHCV) Matacán: Liebre que ha sido corrida por los perros.

Y yo digo: intentaré dar mi opinión sobre el matacán.

Vamos a ver: ¿a qué tipo de personal va dirigido lo que más arriba he transcrito? ¿Seremos tan brutos los no titulados?

Comencemos por el más fácil y breve: el DLE (Diccionario de la Lengua Española). No señores académicos, a la liebre, no la convierte en matacán el que haya sido corrida por los perros. Más abajo intentaremos razonarlo.

Vamos con Cátedra Miguel Delibes: ¿no le parece, al autor del glosario  de la cátedra, que Delibes –el cazador que escribe- deja meridianamente claro lo que es el matacán? ¿Corregimos, o intentamos corregir, al maestro?

Y a continuación vamos con D. Jorge Urdiales Yuste: 

¿Sería usted tan amable de sacarme de dudas? A mí me parece -sólo me parece- que usted, como el aceite, desearía quedar encima, pero -otra vez más-  le diré una cosa: hay más diferencia entre usted y el lenguaje rural que Delibes usa, que entre el párvulo y el maestro en la escuela. Si no tengo razón  ¿por qué usted intenta darnos otra versión de la que nos da el escritor? ¿No está claro, o no lo entiende?

Y  ahora para todos aludidos más arriba:

Delibes en “El matacán del majuelo” nos deja más claro que el agua (así decimos los de mi pueblo) lo que es un matacán, no creo que haga falta repetirlo. Pero vamos pasito a pasito.

Cuando la liebre nace, en sus propios genes ya lleva escrito que vive en un ambiente que no la perdonará el menor error o descuido. Así, enseguida deberá cuidar de no ponerse al alcance de la comadreja, del turón, del gato, del lince, del raposo, del jabalí, del lobo… etc. etc. etc. además de las rapaces que intentarán hincarle las garras y el pico en cuanto se descuide. Y aquí viene la pregunta del ex pastor y ex cazador: ¿cómo creen ustedes que la liebre llega a matacán? Pues eso, eso; corriendo, corriendo. Bueno debo añadir que en sus primeros días en este medio natural en que la toca vivir, más que correr gazapea (que quiere decir que se mueve sigilosamente, dicho sea de paso para el experto que piensa que es buscar gazapos porque son más fáciles de cazar que los conejos) gazapea, decía, porque no quiere que la vean y se la zampen. Pero, a medida que crece, prefiere poner tierra de por medio, lo cual le facilita llegar a matacán que, como acabamos de ver, no hay necesidad de que la corra el perro. A medida que la liebre va echándose sus, obligadas, carreras, va enmagreciendo, va musculándose, se le van alargando sus patas traseras… se le va aquillando el pecho (se le pone pecho de liebre, pechiliebre ¿os acordáis?), y corta el viento como un dalle, que es lo que dice Delibes. Y todo esto ha ocurrido sin que el galgo (perro) haya visto a la liebre.

Pero claro; si ignoramos que la liebre tiene muchos enemigos naturales que la obligan a correr, llegamos a pensar que si no la corre el perro nunca llegará a matacán. ¡Craso error!

El galgo del guarda Bonifacio Alonso con la libre de los majuelos de La Gamarra en Camporredondo, o el lebrel de Arabia de Don Benjamín con la liebre del majuelo del tío Saturio (ver El matacán del majuelo), no pudieron nada contra el animal porque ya era matacán (liebre a lo bestia). Los galgos del pueblo tampoco la alcanzaban porque la liebre había enmagrecido, se había musculado, se la habían desarrollado las patas traseras, el pecho se la había aquillado y para cazarla tuvieron que hacerla trampas: a los dos matacanes (¿o fue uno sólo?) les mataron de dos disparos: uno murió camino del perdedero natural y el otro al llegar al Monte Arenas –su perdedero natural- donde, saliendo por detrás de un pimpollo su cazador-matador, dos disparos acabaron con él, el matacán de La Gamarra.

Y nada más. Repito lo que dijo Delibes sobre el matacán:

Matacán

VHCV p. 77, passim
El matacán, como es sabido, es una liebre que se resabia y a fuerza de carreras y de años enmagrece, se la desarrollan las patas traseras, se la aquilla el pecho y corta el viento como un dalle.

¿Alguien puede decirlo más claro? En el pueblo tenemos la misma opinión: la liebre llega a matacán a fuerza de años y carreras que no, necesariamente, las dará perseguida por el galgo (perro).

Esto aprendí en mi juventud, y esto digo en:

Camporredondo, 9 de julio de 2016





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