El DLE (Diccionario de la Lengua Española) en su acepción 3 dice:
Matacán
3. m. Liebre que ha sido ya corrida por los perros.
El glosario de Cátedra Miguel Delibes dice:
Matacán
VHCV p. 77, passim
El matacán, como es
sabido, es una liebre que se resabia y a fuerza de carreras y de años
enmagrece, se la desarrollan las patas traseras, se la aquilla el pecho y corta
el viento como un dalle.
matacán.
3. m. Liebre que ha sido ya corrida por los perros.
matacán.
3. m. Liebre que ha sido ya corrida por los perros.
Y en Facebook encuentro:
14
h ·
El matacán es una liebre que se resabia
y a fuerza de carreras y de años enmagrece (VHCV) Matacán: Liebre que ha sido
corrida por los perros.
Y yo
digo: intentaré dar mi opinión sobre el matacán.
Vamos a ver: ¿a qué tipo de personal va dirigido lo que más arriba he
transcrito? ¿Seremos tan brutos los no titulados?
Comencemos por el más fácil y breve: el DLE (Diccionario de la Lengua Española).
No señores académicos, a la liebre, no la convierte en matacán el que haya sido
corrida por los perros. Más abajo intentaremos razonarlo.
Vamos con Cátedra Miguel Delibes: ¿no le parece, al autor del glosario de la cátedra,
que Delibes –el cazador que escribe- deja meridianamente claro lo que es el
matacán? ¿Corregimos, o intentamos corregir, al maestro?
Y a continuación vamos con D. Jorge Urdiales Yuste:
¿Sería usted tan amable
de sacarme de dudas? A mí me parece -sólo me parece- que usted, como el aceite,
desearía quedar encima, pero -otra vez más-
le diré una cosa: hay más diferencia entre usted y el lenguaje
rural que Delibes usa, que entre el
párvulo y el maestro en la escuela. Si no tengo razón ¿por qué usted intenta darnos otra versión de
la que nos da el escritor? ¿No está claro, o no lo entiende?
Y ahora para todos aludidos más arriba:
Delibes en “El matacán del majuelo” nos deja más claro que el agua (así
decimos los de mi pueblo) lo que es un matacán, no creo que haga falta
repetirlo. Pero vamos pasito a pasito.
Cuando la liebre nace, en sus propios genes ya lleva escrito que vive en un ambiente que no la perdonará el menor error o descuido. Así, enseguida deberá
cuidar de no ponerse al alcance de la comadreja, del turón, del gato, del
lince, del raposo, del jabalí, del lobo… etc. etc. etc. además de las rapaces
que intentarán hincarle las garras y el pico en cuanto se descuide. Y aquí
viene la pregunta del ex pastor y ex cazador: ¿cómo creen ustedes que la liebre
llega a matacán? Pues eso, eso; corriendo, corriendo. Bueno debo añadir que en
sus primeros días en este medio natural en que la toca vivir, más que correr
gazapea (que quiere decir que se mueve sigilosamente, dicho sea de paso para el experto que piensa que es buscar gazapos
porque son más fáciles de cazar que los conejos) gazapea, decía, porque no quiere que la vean y se la zampen. Pero, a medida que
crece, prefiere poner tierra de por medio, lo cual le facilita llegar a matacán
que, como acabamos de ver, no hay necesidad de que la corra el perro. A medida
que la liebre va echándose sus, obligadas, carreras, va enmagreciendo, va
musculándose, se le van alargando sus patas traseras… se le va aquillando el
pecho (se le pone pecho de liebre, pechiliebre ¿os acordáis?), y corta el
viento como un dalle, que es lo que dice Delibes. Y todo esto ha ocurrido sin
que el galgo (perro) haya visto a la liebre.
Pero claro; si ignoramos que la liebre tiene muchos enemigos naturales que la obligan a correr,
llegamos a pensar que si no la corre el perro nunca llegará a matacán. ¡Craso
error!
El galgo del guarda Bonifacio Alonso con la libre de los majuelos de La
Gamarra en Camporredondo, o el lebrel de Arabia de Don Benjamín con la liebre
del majuelo del tío Saturio (ver El matacán del majuelo), no pudieron nada contra el animal porque ya era
matacán (liebre a lo bestia). Los galgos del pueblo tampoco la alcanzaban
porque la liebre había enmagrecido, se había musculado, se la habían
desarrollado las patas traseras, el pecho se la había aquillado y para cazarla
tuvieron que hacerla trampas: a los dos matacanes (¿o fue uno sólo?) les
mataron de dos disparos: uno murió camino del perdedero natural y el otro al
llegar al Monte Arenas –su perdedero natural- donde, saliendo por detrás de un
pimpollo su cazador-matador, dos disparos acabaron con él, el matacán de La
Gamarra.
Y nada más. Repito lo que dijo Delibes sobre el matacán:
Matacán
VHCV p. 77, passim
El matacán, como es sabido, es una liebre que se resabia y a fuerza de carreras y de años enmagrece, se la desarrollan las patas traseras, se la aquilla el pecho y corta el viento como un dalle.
El matacán, como es sabido, es una liebre que se resabia y a fuerza de carreras y de años enmagrece, se la desarrollan las patas traseras, se la aquilla el pecho y corta el viento como un dalle.
¿Alguien puede decirlo más claro?
En el pueblo tenemos la misma opinión: la liebre llega a matacán a fuerza de
años y carreras que no, necesariamente, las dará perseguida por el galgo
(perro).
Esto aprendí en mi juventud, y esto digo en:
Camporredondo, 9 de julio de 2016
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