martes, 5 de marzo de 2013

Mar de resina

Bajo la copa del "Pinus Pinaster" sigue presente, aunque desde  la "altura" no se vea, la figura del resinero.
Por mi parte no me queda más que pedirte perdón, si no he sabido transmitir lo que tu esfuerzo y sacrificio representaron en la economía de Tierra de Pinares. Pero lo que sí te digo RESINERO es que hoy, más que nunca, te admiro y respeto.


Comenzamos nuestro caminar por el monte con una rápida presentación del resinero; su esfuerzo para poder sacar adelante su familia, el amor que el resinero sentía por el pinar, cuidando hasta el más insignificante de sus pinos, sin preguntarse en la rentabilidad que en el futuro pudiera compensar sus cuidados.

Aprovechamos para expresar nuestra preocupación por el rumbo, a nuestro entender equivocado, en el trato dado a la naturaleza en los últimos 50 años. Preocupación que viene abalada por lo que fue nuestro oficio allá por los años 50-60 de 1900, y que nos es otro que pastor de ovejas.

Repasamos la historia de la resina, en nuestra zona, en el siglo XX, con breve reseña a la - hoy extinguida- cofradía de resineros.

Repasamos las tareas que el resinero realizaba hasta obtener el fruto del “pinus pinaster”: la resina. Desgranando desde que el resinero marca los pinos negros, desroña, clava, remonda, remasa, rae, recoge el sarro y… hasta que la miera acaba en la fábrica de transformación de la mano del carrero, otro de los ejemplos del sacrificio que, los hombres del pinar, tenían que realizar para alimentar a sus familias en tiempos tremendamente difíciles.

Por aquello de que “una imagen vale más que mil palabras” acompañamos abundante  material fotográfico para que a través de la foto el posible lector tenga una mejor referencia allí donde nuestra limitada capacidad literaria no haya podido llegar.

Añadimos un bloque de palabras más usadas en la jerga resinera, conscientes de que siempre se nos habrá quedado alguna que el avezado lector añadirá, para que no acaben donde han acabado muchas de las entrañables palabras que nuestros ancestros usaban para comunicarse, o sea; en el olvido.

También añadimos una referencia a la producción y venta en los años 1945 y 1946, para que el posible interesado pueda tener una pequeña noción sobre la producción que, a nivel de estado, aportaba el pino resinero.

Remata el documento con fotografías de las herramientas de las que el resinero se valía para extraer la colofonia y el aguarrás al pino resinero.

Y por mi parte nada más. Si el resultado no es del agrado de los posibles lectores, créanme que lo siento. Mi ilusión es que llegara hasta aquel viejo resinero con el que compartí muchos ratos, agradables unos y no tanto otros, como corresponde a dos profesiones que, en ocasiones, no eran compatibles. Hoy puedo asegurar que el viejo resinero y el, no menos, viejo pastor se abrazan y se emocionan al recordar los tiempos en los que subsistir era muy complicado.

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