Diccionario de Expresiones Populares en la Narrativa de Miguel Delibes, página 176.
Salvar la mano: Hacer algo
positivo (venatoriamente hablando) en un pequeño recorrido del grupo de
cazadores.
Pesado, pesado, pesado sí, ya sé
que soy muy pesado pero, ¿qué debo hacer? El “cazador que escribe” nos dice en “Aventuras,
venturas y desventuras de un cazador a rabo” que un pájaro (léase una perdiz)
achuchado (léase levantado, espantado o lo que usted quiera) en los altos trató
de salvar la mano repullado y de través. O sea que la perdiz trató de evitar la
mano de cazadores (la línea de cazadores) elevándose, y como había cogido vuelo y
cruzaba recio, el cazador hubo de correr la mano y adelantar para no dejar el
tiro corto y dio al traste con la estrategia del pájaro.
Cuando uno no ha visto más que,
un poco, por la tele, en la hora de la siesta, “Jara y sedal” pues ocurren
estas cosas. Delibes nos dice que la perdiz trató de evitar la mano de los
cazadores y para ello se elevó, y aquél que no ha cazado nunca, pero que tampoco
admite que no sabe, pues va y nos dice que salvar la mano es “Hacer algo positivo (venatoriamente hablando)
en un pequeño recorrido del grupo de cazadores.
Si esto lo juzgara algún miembro
de la protectora de animales diría que tiene razón: hacer algo positivo es huir
de los cazadores subiéndose a las nubes. Pero no, seamos serios, la perdiz
trató de huir, trató de evitar a los cazadores que iban cazando en mano.
¿Que no lo he entendido? pues acláremelo
un experto.