Sí, sí, sí… ya lo sé: cual ajo, me repito. Por eso titulo a esta entrada mantención 2. Es que el experto también se repite, y ya sabéis, soy: cabezota, testarudo, cabezón, obstinado, bruto, contumaz, tozudo, empecinado, obcecado, tenaz… y tengo muchas más “virtudes”. Si queréis, puede hasta que sea incorregible. Pero es que prefiero ser todo esto, a ser uno de los que llevaba detrás de mí en mi época de pastor: prefiero ser irreductible.
A continuación veréis por qué:
Mantención
CH p. 177
(...) para la mantención de las abejas (...)
Mantención: Se refiere a "manutención". La falta de cultura da estas variaciones fonéticas, como amachambrar por machihembrar, marrotar por malrotar, etc. (Investigación de campo)
(...) para la mantención de las abejas (...)
Mantención: Se refiere a "manutención". La falta de cultura da estas variaciones fonéticas, como amachambrar por machihembrar, marrotar por malrotar, etc. (Investigación de campo)
Esto encontré en “Diccionario del
castellano rural en la narrativa de Miguel Delibes” editado por “Fundación
instituto castellano y leonés de la lengua” y en “Cátedra Miguel Delibes”. Por
eso largué mi perorata en “La pizarra de Gaude”, “En camisas de once varas: Mantención”, de fecha 23 de enero de
2014.
Pero la vida sigue, y el tiempo
pasa. Pues, con el tiempo, sigo encontrando en “Diccionario del castellano
rural en la narrativa de Miguel-Delibes”, esta vez editado por "ediciones
Cinca”, lo que sigue:
mantención
CH p. 177
(…) para la mantención de las abejas (…)
Mantención: Se refiere a “manutención”. La falta de cultura da estas
variaciones fonéticas, como amachambrar por machihembrar, marrotar por
malrotar; etc. (Investigación de campo)
O sea, que el “experto” sigue en
sus trece: se cree -porque así corresponde a sus intereses- todo un profesor
rural. Y, ya se sabe, para el profesor, los “otros” carecen de cultura. (Nos
falta cultura, ¡qué le vamos a hacer!).
No me cabe la más mínima duda de que
al que le falta cultura rural es al autor de estos libritos pero, pregunto: ¿de
cultura de la otra… de la buena, de la culta, qué tal anda el “experto” autor
de los libritos? Lo digo porque un filólogo, doctor cum laude en ciencias de la información, debería saber que la RAE
también admite como correcta la palabra mantención.
Esta vez tuvo tan seguro que la palabra mantención
era incorrecta, que no hizo lo que en circunstancias normales hace -y que tantas
veces le ha sacado del atolladero: recurrir al DRAE, el cual en esta ocasión dice:
Digo que… sería igual si el
diccionario de la Real Academia recoge la palabra mantención o no porque, no me
canso de decirle: estamos hablando en lenguaje rural. Como hace el señor Cayo
(Disputado voto del señor Cayo), Jacinto de Diego (Castilla Habla), el propio
Delibes en todas las ocasiones que se presentan, este humilde tecleador,
desertor de la esteva
y la cayada, y
tantos y tantos “incultos” que nos preocupamos de dejar, en la colmena, miel suficiente
para la mantención de las abejas, o
sea, para que no mueran por inanición (de hambre, quiero decir).
Y ya, metidos en harina,
aprovecho para decirle al “experto” lo que en lenguaje rural significa la
palabra amachambrar. Otra vez más, verá usted señor: cuando a un hombre, o mujer,
rural le oiga decir que aquello a lo que se refiere lo tiene amachambrado, lo
que le está diciendo es que lo tiene fuertemente asegurado, fuertemente
agarrado, remachado, o como dijo aquel militar… “atado, y bien atado”. Pero
cuando vea que un carpintero –u otro profesional- hace los empalmes a macho y
hembra, eso se llama machihembrar.
Resumiendo señor culto,
académicamente hablando: machihembrar, malrotar, manutención… ¡Sí! Pero si usted
tiene el honor de hablar con un hombre o mujer de campo, de ésos a los que nos
llaman paletos: amachambrar, mantención,
marrotar… ¡También! Y es que, señor “experto” en… no sé qué, a nosotros se nos
marrota la fruta, lo que tenemos fuertemente asegurado decimos que lo tenemos
amachambrado, a veces el ajuste entre el obrero y el “amo” se hacía por un
tanto en dinero, contante y sonante, más la mantención…, y así, échele usted hilo a la cometa señor Urdiales ¡qué
le vamos a hacer! Tiene usted que tener paciencia con nosotros, porque somos
así de incultos. Pero no se preocupe: con profesores como usted, pronto aprenderemos
y, entonces, podría usted dar por finiquitado el lenguaje de nuestros abuelos.
Lo que ocurre es que no queremos que eso suceda, y por eso seguiremos diciendo
–como hacía Miguel Delibes y sus personajes- que dejamos, como decía, miel suficiente para
la mantención de las abejas.
Otra cosa que le quiero enseñar
al “experto”: a veces, cuando el obrero y el “amo” se ajustaban (se entendían,
cerraban el trato) lo mismo decían, por tanto y la mantención, como por tanto y la “casca”, o sea, la comida. Ya ve
usted si somos incultos. Pero yo sé que, en el fondo, usted comprende y perdona
nuestra ignorancia.
No quiero finalizar, sin animar
al “experto” a que nos diga ese “etc”. que él añade… ¿qué quiere decir, que hay
más palabras que no entiende? Si es así ¡dígalo usted hombre, estamos deseando
darle unas clases de las que usted está muy necesitado…! De todas maneras le
recomiendo que se dé una vuelta por “La pizarra de Gaude”, donde encontrará aclaraciones
a algunas palabras que usted, al parecer, no comprende.
Entretanto deje usted que estos
hombres y mujeres rurales hablen como les dé la gana. Usted no nos entiende
porque le falta… ¿qué le falta? Pues eso: cultura rural. Es usted un inculto ¡ruralmente
hablando!. Se lo digo yo que, en lenguaje académico, y en rural también,
pego cada tropezón… ¡ah! Y no se preocupe, que yo tropiezo en un cabón (cavón)
o una piedra, pero no en carbón de piedra ¿se acuerda? Sí hombre, sí, eche
usted un vistazo por “La pizarra de Gaude: En camisas de once varas: carbón”,
de fecha 14-5-2014 y verá lo que comentamos.
Camporredondo, 10 de
octubre de 2015