martes, 26 de febrero de 2013

Labores que el resinero realizaba. Herramientas y útiles usados (VII)


El paraguas

No hay artilugio o herramienta que por su humildad no tenga, o merezca, la misma importancia que le demos a las más sofisticadas. Éste es el caso del paraguas.

Cuando el resinero comenzó a raer la primera entalladura de la primera cara, pudo observar que sólo una parte de la raedura iba a parar al pote, el resto se perdía entre el burrajo y la arena. La boca del cacharro no es lo suficientemente amplia para recoger la resina que con el impulso del resinero se dispersa por un radio mayor.

Durante los primeros años, primeras entalladuras, el problema se solucionó con un saco, o un trozo de tela tendido en el suelo, sobre el que caían las raeduras dispersas. Pero a partir de ahí, las que caían desde más altura se dispersaban y se perdían. El suelo no podemos desplazarlo pero el saco o la tela sí, si le dotamos de un soporte aparente. De esta manera nació el paraguas, que no le preservaba al resinero de la lluvia, pero si le resolvía el problema de la dispersión de la raedura.

Nada podía desperdiciarse porque poco había
La historia del paraguas necesariamente tiene que ir unida a la de la raedera o quizás pueda ser dos años más moderna, por aquello que explicábamos del saco y el suelo, pero a partir de ahí no puede entenderse la tarea de raer sin el paraguas.
La raedura recogida en el paraguas (que podía ser la de varios pinos) el resinero la vertía en el pote, en la misma lata en la que recogía la resina o si la cuba estaba cerca la echaba directamente en ella.

¿Cómo confeccionaba el resinero el paraguas? En los pinares espesos, o pimpolladas, los pimpollos crecían muy verticales (iban en busca de la luz) y eran estos pimpollos altos y rectos los que aprovechaba para encontrar el que tuviera la forma más adecuada a sus pretensiones. Escogía el que al final de la copa tuviera tres o cuatro ramas secundarias más la guía o crez principal. Eliminaba la crez y le quedaba una especie de vaso que completaba con la tela o el saco.

Y este artilugio, tan sencillo, era el paraguas. Como vemos, no salía de la cadena de una gran fábrica de producción sino, como tantas otras veces, del ingenio de un hombre al que se le presentó un problema y sin grandes ecuaciones  lo resolvió. ¡Obligado te veas!

Nota.- Por ser palabra que no recoge el DRAE, aclaro lo que entendemos en Camporredondo por crez: CREZ.- Tallo que, cada año, añade cada rama y el ápice de la planta

Con su gesto, el resinero nos indica cómo deben quedar los potes para el invierno
Cuando el resinero terminaba de raer cogía, de nuevo, su lata y su cuchillo y daba el último repaso a los potes dejándoles, esta vez, en el suelo boca abajo para evitar que se llenaran de agua y por efecto del hielo algunos pudieran arparse.

Con esta operación daba por finalizada la temporada de extracción y recogida de la resina que comenzó el primero de Marzo y que hoy, quince de Noviembre concluyó, si bien es cierto que el año que tocaba recoger el sarro aún se prolongaba unos días más.


Camporredondo, otoño de 2006 

No hay comentarios:

Publicar un comentario