El paraguas
No hay artilugio o herramienta que por su humildad no tenga, o merezca, la misma importancia que le demos a las más sofisticadas. Éste es el caso del paraguas.
Cuando el resinero comenzó a raer la primera entalladura de la primera cara, pudo observar que sólo una parte de la raedura iba a parar al pote, el resto se perdía entre el burrajo y la arena. La boca del cacharro no es lo suficientemente amplia para recoger la resina que con el impulso del resinero se dispersa por un radio mayor.
Durante los primeros años, primeras entalladuras, el problema se solucionó con un saco, o un trozo de tela tendido en el suelo, sobre el que caían las raeduras dispersas. Pero a partir de ahí, las que caían desde más altura se dispersaban y se perdían. El suelo no podemos desplazarlo pero el saco o la tela sí, si le dotamos de un soporte aparente. De esta manera nació el paraguas, que no le preservaba al resinero de la lluvia, pero si le resolvía el problema de la dispersión de la raedura.
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Nada podía desperdiciarse porque poco había |
La raedura recogida en el paraguas (que podía ser la de
varios pinos) el resinero la vertía en el pote, en la misma lata en la que
recogía la resina o si la cuba estaba cerca la echaba directamente en ella.
¿Cómo confeccionaba el resinero el paraguas? En los pinares
espesos, o pimpolladas, los pimpollos crecían muy verticales (iban en busca de
la luz) y eran estos pimpollos altos y rectos los que aprovechaba para
encontrar el que tuviera la forma más adecuada a sus pretensiones. Escogía el
que al final de la copa tuviera tres o cuatro ramas secundarias más la guía o
crez principal. Eliminaba la crez y le quedaba una especie de vaso que
completaba con la tela o el saco.
Y este artilugio, tan sencillo, era el paraguas. Como vemos,
no salía de la cadena de una gran fábrica de producción sino, como tantas otras
veces, del ingenio de un hombre al que se le presentó un problema y sin grandes
ecuaciones lo resolvió. ¡Obligado te
veas!
Nota.- Por ser palabra que no recoge el DRAE, aclaro lo que
entendemos en Camporredondo por crez: CREZ.-
Tallo que, cada año, añade cada rama y el ápice de la planta
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Con su gesto, el resinero nos indica cómo deben quedar los potes para el invierno |
Cuando el resinero terminaba de raer cogía, de nuevo, su lata y su cuchillo y daba el último repaso a los potes dejándoles, esta vez, en el suelo boca abajo para evitar que se llenaran de agua y por efecto del hielo algunos pudieran arparse.
Con esta operación daba por finalizada la temporada de extracción y recogida de la resina que comenzó el primero de Marzo y que hoy, quince de Noviembre concluyó, si bien es cierto que el año que tocaba recoger el sarro aún se prolongaba unos días más.
Camporredondo, otoño de 2006
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