Los hombres de campo prometen y, casi siempre, cumplen.
Para aquéllos que pueda interesar:
En entradas anteriores ya expresé
mi –quizá- no compresión sobre los correos (privados) que el señor Urdiales
mantuvo con el escritor Miguel Delibes. Dejé claro que a mí me parecía una indignidad
esperar el fallecimiento del escritor para hacerlos públicos (el escritor ya no
está presente para responder), y después del tiempo transcurrido sigo opinando que es de un oportunismo intolerable (es sólo una opinión). Quiero añadir que no tiene
mucha importancia lo que yo piense o diga, al fin y al cabo no soy más que uno
de los personajes que pudieron haber formado parte de la obra literaria del
escritor. Debo decir que soy un hombre de campo que para Delibes no sería un
extraño, como puede que resulte para el señor Urdiales que es un eminente
filólogo-doctor cum laude en ciencias de la información.
No obstante, por ser un hombre rural,
ex pastor de ovejas, ex agricultor y no sé cuantos títulos más (¡ah! licenciado
de la mili el año 1965) o, quizá por todo eso, hay cosas que no entiendo. Sobre
ellas es sobre las que pido, si es posible, aclaraciones.
El señor Urdiales ha
considerado el momento oportuno de darnos a conocer su correspondencia cuando el
escritor había fallecido. Bien. Para ello ha editado un nuevo diccionario -copia del anterior, salvo pequeñísimas e insignificantes correcciones- bajo el
auspicio de una nueva editorial. Es aquí cuando empiezan mis dudas sobre la
correspondencia entre el experto y el escritor. Vamos allá.
Según observo en el nuevo-viejo diccionario,
las fechas en las que la correspondencia se produce, oscila entre el 17 de febrero
de 2003 y el mes de abril de 2004 ¿Es esto correcto? ¿No hay más
correspondencia que se nos pueda ofrecer a los lectores? Si la hubiere ¿por qué no mostrarla?
Recorte del periódico El Mundo publicado el día 14 de octubre de 2007.
Es todo lo que puedo decir
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Todas estas preguntas las hago
porque no entiendo cómo es posible que el escritor pase de loar la obra y
estudio del señor Urdiales a decirnos, con toda educación y cariño -como era
Delibes- que “lo de Urdiales es un poco prematuro, no subrayó mis subrayados…”. Pero mejor veamos, de primera mano, lo que el escritor respondió a la periodista
Pilar Ortega Bargueño para el periódico El Mundo el día 14 de octubre de 2007 (fotografía izquierda).
Nada que objetar a las consultas
que el señor Urdiales hace al escritor, ni (no faltaría más) a las respuestas
(Delibes jamás dejó sin responder ni una sola de sus cartas o escritos
recibidos) –no sé si el señor Delibes era mejor escritor que persona: a pesar
de mi admiración por su obra literaria, me quedo con lo segundo-. Lo que sí
parece meridianamente claro es que cuando el escritor responde a las consultas
del señor Urdiales lo que conocía eran eso: las palabras consultadas. Los
diccionarios no los conoció el escritor hasta el año 2006: el Diccionario del
Castellano Rural en la Narrativa de Miguel Delibes y el Diccionario de expresiones
Populares en la Narrativa de Miguel Delibes, publicados ambos por “Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua” el año 2007, antes no pudo conocerlos
porque no se habían editado (parece que Delibes se refiere sólo al primero de los dos diccionarios).
Si esto es así, cuando Delibes habla sobre toda la labor del señor Urdiales es en la entrevista que le hace Pilar
Ortega Bargueño para el periódico El Mundo, cuyo resultado adjunto (14 de
octubre de 2007) que es cuando puede tener en sus manos los dos "diccionarios" (al menos el nº 1).
Y poco más que añadir, cada uno
saque sus conclusiones (yo saqué las
mías). Como hombre rural, eso sí, expreso mi total y rotundo desacuerdo. Desacuerdo con
los diccionarios y con el glosario de Cátedra Miguel Delibes (de pena). Manifestando que
si alguien hay responsable de su publicación no es el señor Urdiales sino la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y la Cátedra Miguel Delibes, como responsables de su difusión.
Para apoyar mi desacuerdo remito
a los posibles interesados a “La Pizarra de Gaude” (“En Camisas de Once Varas”) donde recojo algunas de las palabras con cuya interpretación del significado no estoy de acuerdo, dejando al
posible interesado la posibilidad de discrepar conmigo (yo no cobro) públicamente sobre
ellas. Si algo tengo que rectificar lo haré con todo el cariño del mundo, pues
mi preocupación es el lenguaje de mis ancestros y, por qué no, mío también.
Nota al final: en alguna parte Delibes dejo escrito ¿será posible rescatar del olvido las palabras olvidadas? Por si Delibes, desde su cielo lo ve, quiero aportar mi opinión: muy difícil querido escritor, es más, si a los investigadores sólo les mueve el interés crematístico, si los sentimientos están ausentes de la investigación, su rescate es imposible: nos movemos por dinero, no por sentimientos.
Nota al final: en alguna parte Delibes dejo escrito ¿será posible rescatar del olvido las palabras olvidadas? Por si Delibes, desde su cielo lo ve, quiero aportar mi opinión: muy difícil querido escritor, es más, si a los investigadores sólo les mueve el interés crematístico, si los sentimientos están ausentes de la investigación, su rescate es imposible: nos movemos por dinero, no por sentimientos.
Camporredondo, 15 de marzo de 2015
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