Abrimos el DCT por su página 358
y esto es lo que encontramos respecto de la palabra…
Encial n.m. Acial. Serreta que se le pone en la boca al
ganado para frenarlo. (Sic).
Si no hubiera sido porque el DCT añade
la palabra “acial”, el que suscribe
habría pensado que se referían a algún artilugio que yo desconocía y habría
pasado de largo, dejando para otros más doctos (quizá algún experto) que nos
aclararan lo que era y para qué servía, ya que el freno que nosotros conocemos
para frenar a las caballerías son el bocado y el filete, o sea el conjunto que
llamamos bridas. Pero es que además sigue diciendo el Diccionario del
Castellano Tradicional “serreta que
se pone en la boca al ganado…” Por eso no nos cuadra ni encial, ni acial, ni serreta. El encial suponemos que es algo próximo a las encías; el acial después explicaremos lo que es; y
la serreta también tendremos ocasión
de explicarlo en su momento, por ahora digamos que la serreta se ponía sobre la trenca del animal y no en la boca.
Pero para no darle más vueltas a
la palabra, reproducimos fielmente lo que un día recogimos en el “Diccionario
de Camporredondo” sobre…
ACIAL.- Artilugio
hecho con dos palos unidos por un extremo a modo de tijera y por el otro con una cuerda. Se ponía sobre el labio de la caballería que, por el
dolor que le producía, se estaba quieto para herrarle, esquilarle, etc.
Si -como parece lógico pensar- el
lenguaje rural lo conocerán nuestros descendientes a través de “prestigiosos”
diccionarios salidos de nuestras universidades, resultará que -como dijo un
ilustre político referido a nuestro país- “no lo va a conocer ni la madre que
lo parió”.
Y por aquello de que una imagen vale más
que mil palabras dejamos representación fotográfica de lo que es el acial que luce espléndido en lo que
pudo haber sido un hermoso museo de la vida rural.
CONOZCAMOS Y RESPETEMOS EL LENGUAJE
RURAL.
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