Después del hasta luego dado en “En Camisas de
Once Varas” encuentro que tengo un motivo para quitarme el sombrero -cosa que
hago con sumo placer- ante el correo que me ha enviado el autor de “En torno a
las palabras de Delibes”. Correo que, entre otras cosas, dice:
“Yo también creo que buñolero en el texto de Delibes que citas tiene
la acepción de 'mindundi', 'don nadie'. ¿Puede venir este significado derivado
de la mala consideración social que tuviera el oficio? Quizás. Sin embargo, he
hecho alguna pesquisa y he constatado que buñolero,
en jerga taurina, es el encargado de abrir la puerta de toriles, en
consecuencia, no tiene un papel preponderante en el espectáculo, como los
toreros. Por otra parte, hacer un buñuelo es hacer una chapuza, hacer
algo mal, en consecuencia, un buñolero también sería un chapucero, una persona
torpe, alguien poco cualificado” (...).
Y ahora, querido lector: ¿Es éste el sentido
que Delibes quiere dar a la palabra buñolero en “Diario de un cazador”? ¿o
quizá, según recoge el autor del glosario en Cátedra Miguel Delibes, el escritor
lo que quiere es aclararnos lo que es un buñolero que, efectivamente, es el
señor que hace y vende buñuelos, lo mismo que experto es aquél que conoce a
fondo lo que hace, o de qué habla?
Resumiendo: ante lo que usted acaba de leer; el
autor del glosario en Cátedra Miguel Delibes, y el que esto teclea no somos más
que eso: dos humildes buñoleros.
Espero que la obra de Miguel Delibes, algún
día, reciba el trato que, bajo mi criterio, merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario