En
días pasados, después de defender –a capa y espada- el sentido, según nuestra
opinión, que Delibes le da en varias de sus crónicas de esparcimiento
cinegético, nos comprometimos a volver sobre la palabra gallear. Y aquí estamos.
Frente
a acepciones que nos parecen un tanto absurdas, extraídas del DRAE por
“expertos” -que para nosotros no lo son tanto- y ofrecidas en Cátedra Miguel
Delibes, queremos dejar nuestra humilde opinión apoyada en el contacto que durante
muchos años mantuvimos con nuestros abuelos y gente rural, donde no se podía
culpar de error de imprenta sobre la palabra en cuestión, porque de imprenta
–en el mundo rural- no se hablaba todavía. Si digo absurdas no es porque lo que
el DRAE recoge sea absurdo (es correcto), sino porque no se adapta a la
realidad del momento: una cosa es gallear
(cubrir el gallo a la gallina, o presumir de hombría) y otra muy distinta
es gritar ante un peligro inminente que es lo que hacían la marica (urraca)
ante la presencia del raposo, o la perdiz ante el riesgo que suponían
las escopetas de los cazadores, que es lo que el narrador nos dice.
Y
vamos con la palabra gallear según
el que suscribe:
Desde
que creí necesario implicarme, para aclarar las diferencias que yo mantenía, y mantengo,
con ciertos diccionarios y “expertos”, siempre dije que era necesario, y hasta imprescindible,
ubicar la palabra en la zona en la que se usa porque si no, o bien no encaja
con el entorno, o quedará fuera de toda realidad como palabra rural, sino más
bien académica; algo que yo creo debemos evitar a toda costa.
No me
cabe duda que en la zona en la que Delibes sitúa la acción de la pega (marica,
urraca…) galleando o la perdiz que galleaba mientras se repullaba, la
palabra es correcta y por eso la hemos defendido con todas nuestras fuerzas.
Pero hay zonas (véase la mía) donde tenemos un grito unificado para todas las
aves cuando se sienten amenazadas, este grito es: garleo. Las aves, cada una tiene su manera de hacerse notar mediante
su canto: el gallo canta en el muladar, la gallina cacarea, el grajo grazna, etc. pero la palabra que sustituye a todas las voces de las aves de forma
genérica, que nos indica cuándo están asustadas, es garlear: “sal a ver qué pasa en el corral, que las gallinas garlean” decía la madre cuando en el
corral se alborotaban ante la presencia de la comadreja, rapaz ... “Allí anda
el raposo se decía, mira como garlean
las maricas”. “Los gansos son buenos guardianes del corral, porque en cuanto notan
que un extraño entra en sus dominios en seguida garlean…” etc. etc. etc.
O
sea, aquí, ahora y siempre fue:
Gallear.- Destacar, presumir,
fanfarronear con o sin motivos aparentes.
Garlear.- Lanzar gritos de alarma las
aves ante un peligro inminente para avisar a sus congéneres y ponerse a salvo.
Este idioma -que todos entienden- es el garleo; éste era en el siglo XIX en esta zona, ignoro si antes también. Además –como
recogemos el “Diccionario de Camporredondo”- también se aplica a aquél que
grita desaforadamente para defender, o transmitir, su idea: “Calla que no haces
más que garlear”.
Y
esto es lo que quería aclarar sobre estas dos palabras: Gallear y Garlear. Una, recogida en el DRAE y la otra grabada en la
mente de la gente rural desde hace muchos, muchos años:
CONSERVÉMOSLA.
Muy interesante vocablo, que no conocía. Me parece, efectivamente, una variante de "gallear". Si se usaba mucho en el Siglo de Oro "garlar" ('hablar'). Gracias.
ResponderEliminarSí, sí, en Camporredondo, ya en el siglo XIX, todas las aves garleaban cuando algo las asustaba. Por lo menos eso decían mis abuelos.
EliminarY cuando alguien gritaba y ya estabas harto de escucharle se decía: "calla que no haces más que garlear".
Gracias.