Yo creo –es mi humilde opinión-
que cuando uno depende sólo de lo que le cuentan, y eso para él
es como si le hablaran en chino, porque nada más conoce el castellano, corre
el riesgo de… “meter la pata hasta el corvejón”.
Hoy traemos hasta “En camisas de
once varas” una palabra que encontramos en la página 110 del DCRNMD. En ella el
autor nos dice…
Corta: Parte del monte que le
corresponde a cada vecino. (Investigación de campo) (Sic)
Investigación de… ¿El Campo Grande?
De… ¿La Casa de Campo? Porque si se hubiera investigado en Camporredondo (pueblo), la
respuesta habría sido…
Corta.- Parte del monte –o todo- que, por diversos motivos, se
tala. (Se corta).
¿Debo entender que hay un monte
de propiedad municipal, en el que cada vecino tiene su parcela acotada, y eso
es la corta?
En la página 15 de “Aventuras,
venturas y desventuras de un cazador a rabo” se nos muestra un evocador Delibes
rememorando escenas de su niñez al lado de su padre, cazando en un carrascal
(encinar) en el que se cazaban conejos como el que lava. Carrascal desparecido
(talado, cortado) al que después de los años volvía y dejaba a su –para la
caza- vetusto padre cazando en la corta,
en el verdugal (…) (ya no había encinas, se habían cortado).
¿Es posible que el autor haya
interpretado de otra forma uno de los resultados de la Corta? A veces, muchas veces, casi todas las veces, las partes
resultantes de la corta que no se
vendían para madera, u hornija; se repartían entre el vecindario. Ejemplo son los
tocones, que se hacían lotes y se subastaban entre los vecinos que se
encargaban de arrancarlos y aprovecharlos como leña para el hogar. Pero eso no
es la corta, sino consecuencia de
ella. Nada que ver con lo que nos dice Delibes.
¡Si yo pudiera hablar con el
informante de campo que informó al autor del diccionario, para comunicarle lo
que era, y es, una corta!
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