Dialogando con jóvenes que no
tienen por qué saber (no ha sido su tiempo), ni saben (pero preguntan) lo que
es acorrilar, les sugiero: consulta
la página 46 del DCRNMD y me dices lo que es acorrillar.
Una vez consultado el diccionario
pregunto: ¿cómo se hacía?, ¿con qué se arrimaba la tierra a la cepa? llegan a
la conclusión de que con un macho y, se supone, con un arado. ¿Por qué? pregunto;
pues porque al final de la página dice “(…) azuzando un viejo macho, acorrillando un majuelo.
Vamos allá: ¿no dijo verdad Tello
Totorro a Delibes? ¿No lo entendió Delibes? Pues ni lo uno ni lo otro: uno lo
dijo bien y el otro lo entendió de maravilla, la confusión puede originarse
cuando queremos investigar, y razonar lo investigado, sin saber lo que queremos
saber, sino sacando nuestras propias conclusiones.
Entonces, sin más ánimo que dejar
sentado todo el proceso, he creído que era interesante comenzar por el
principio y llegar hasta dejar la cepa acorrillada, para que generaciones
futuras, que estén interesadas, se aproximen lo más fiel posible a la realidad.
Veamos: cuando llegaba el mes de
febrero, el poseedor de una viña cogía su azadón, se acercaba hasta ella y, una
por una iba excavando las cepas. ¿Qué era excavar? -digo era porque ya no se
hace- pues hacer un alcorque, cuanto más grande (dentro de unos límites) y
profundo mejor, alrededor de la cepa.
¿Para qué se hacía? Pues decían
que para que el tronco oxigenara (quizás por aquello de la filoxera), pero,
sobre todo, para recoger las aguas primaverales. Ya hemos limpiado el perímetro
de la cepa, ya hemos excavado. Ahora nos queda volver a cubrir la cepa. O sea
nos queda…
Acorrillar.- llegado el mes de mayo (en la primera quincena) volvíamos
a coger el azadón, y al contrario de lo que hicimos en febrero, amontonábamos
la tierra alrededor de la cepa, lo más posible, para evitar que el agua
primaveral que se había acumulado se nos escapase por evaporación (había que
ingeniárselas).
Ahora vamos con si Tello Totorro
azuzaba un viejo macho, o no, acorrillando un majuelo. La operación que nos
facilitaba bastante la tarea de acorrillar
era si, previamente, se araba el majuelo (con el arado viñero ¿se acuerdan?) El
hoyo del alcorque, resultado de excavar, lo rellenaba el arado. ¿Qué hacía
Tello Totorro? Pues eso, arar el majuelo para acto seguido acorrillar las cepas, -seguro que allí mismo tenía el azadón para
seguir acorrillando-. O sea: “(…) azuzaba un viejo macho, acorrillando un
majuelo” pero remataba con el azadón. Las dos operaciones formaban parte de la
operación: acorrillar, pero sin el
azadón, imposible.
Curiosidades: la tierra resultante de excavar se extendía por toda la viña, y en las viñas se desarrollaba una planta con la que después se hacían las escobas para barrer la era. Bueno, pues esta planta -de raíz profunda- más la tierra que habíamos desparramado, hasta que salía a la superficie desarrollaba un tallo (blanquísimo por no haberle dado el sol) que posiblemente sea la mejor ensalada que se haya conocido: la ensalada de ajunjeras. Buenísima. La ajunjera solía recogerse en el mes de marzo.
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