En “Cátedra Miguel Delibes” encuentro tres palabras que
quiero presentar, tal cual, para que usted le encuentre una explicación, si es
que la tiene. Ahí van:
Gallear
AVD p. 56
Aguardé inmóvil a que el bicho se internara en el páramo, mientras la pega describía círculos entorno suyo, galleaba con entusiasmo (...)
gallear1.
1. tr. Dicho del gallo: Cubrir a la gallina.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con amenazas y gritos.
Aguardé inmóvil a que el bicho se internara en el páramo, mientras la pega describía círculos entorno suyo, galleaba con entusiasmo (...)
gallear1.
1. tr. Dicho del gallo: Cubrir a la gallina.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con amenazas y gritos.
Gallear
LPD p. 81
(...) le repulló otro, galleando,
gallear1.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con amenazas y gritos.
3. intr. Pretender sobresalir entre otros con presunción o jactancia.
(...) le repulló otro, galleando,
gallear1.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con amenazas y gritos.
3. intr. Pretender sobresalir entre otros con presunción o jactancia.
Galleo
D1E p. 27
(...) el galleo de las pizacas entre la fronda.
galleo2.
1. m. Ingen. Acción y efecto de gallear2.
gallear1.
1. tr. Dicho del gallo: Cubrir a la gallina.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con amenazas y gritos.
AVD p. 21
En esto de la perdiz, sin embargo, vale más la esperanza que la realidad y el cazador que camina entre tomillos y espinos y otea en lontananza mohedas y breñales, ha de andar siempre al quite puesto que en cada repecho o caballón, de cada junquera, de cada chaparro, cuando no de los cavones del barbecho o las pajas del rispión, puede arrancarle la patirroja con su galleo de alarma.
(...) el galleo de las pizacas entre la fronda.
galleo2.
1. m. Ingen. Acción y efecto de gallear2.
gallear1.
1. tr. Dicho del gallo: Cubrir a la gallina.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con amenazas y gritos.
AVD p. 21
En esto de la perdiz, sin embargo, vale más la esperanza que la realidad y el cazador que camina entre tomillos y espinos y otea en lontananza mohedas y breñales, ha de andar siempre al quite puesto que en cada repecho o caballón, de cada junquera, de cada chaparro, cuando no de los cavones del barbecho o las pajas del rispión, puede arrancarle la patirroja con su galleo de alarma.
Al pasar y repasar las tres
palabras nadie me ha oído gallear, pero un grito de alarma se ha producido
dentro de mí. A ver; pudo ser, aunque no fue así: acabo de adquirir
“Aventuras, venturas y desventuras de un cazador a rabo” de Miguel Delibes y me
he encontrado una palabra que yo, dado mi origen urbano, no entiendo: Gallear. Pero me han dicho que en
“Cátedra Miguel Delibes” un experto tiene un glosario que nos lo aclara.
Ni corto ni perezoso conecto el
ordenador y, efectivamente, allí está (usted lo puede ver más arriba).
Por la tarde, aprovechando que
voy al pueblo el fin de semana, nos reunimos en el bar y charlamos de caza con
unos amigos que son cazadores. Yo, que sé de qué va eso de gallear, cuando uno de mis amigos dice que la marica galleaba alarmada porque había
descubierto al raposo, me empiezo a reír a mandíbula batiente: él, que no sabe
por qué me río, pregunta ¿qué te ha hecho tanta gracia? Hombre, le digo, no me
digas que la urraca cubría a la gallina, ¿o tal vez presumía de hombría porque
había descubierto al raposo? A partir de ahí hice el más absoluto ridículo
porque yo lo que sabía era lo que había leído en Cátedra Miguel Delibes”
escrito por un “experto” que sabía menos que yo.
Entonces los del pueblo me
explicaron que cuando, como en este caso, la marica descubre una alimaña (un
peligro) pone en marcha su sistema de alarma para prevenir del peligro que
ronda por el entorno y, a su manera, grita. Y así fue como supe lo que es
gallear la pega, picaza, marica, urraca, etc. cuando descubre un peligro.
Segundo gallear:
Estábamos tomando unos chismes en
el “bar La Encina” cuando un amigo -que entendía mucho de caza- nos contaba
como a un amigo suyo estando de caza en el pueblo de sus padres le repulló
un pájaro (perdiz) galleando. Uno de los comparsas, que no sabía lo que era gallear preguntó: oye, ¿qué es eso de gallear? Pues hombre, presumir de
hombría, alzar la voz con amenazas y gritos, en una palabra, querer sobresalir
de los demás. Yo, que algo había aprendido en el pueblo estuve al quite y le
dije: mira no, la perdiz se elevó gritando alarmada porque vio el peligro que
tenía encima, a eso se llama gallear.
Galleo:
Cuando el lunes me reincorporé a
mis clases en el instituto, mientras se hacia la hora de comenzar la clase me
dijo un compañero: este fin de semana he leído “Diario de un emigrante” de
Miguel Delibes y he encontrado una palabra que tuve que buscar en Cátedra
Delibes por que no tenía ni idea de lo que significaba; la palabra es: galleo. Y es curioso, resulta que el
emigrante, que es cazador, siente el campo, su campo, por última vez y quiere oír
el rumor del agua y el galleo de las
picazas entre la fronda. Entonces yo que soy un enamorado del campo, pero no sé
lo que es el galleo de las maricas,
acudo a la Cátedra Miguel Delibes y allí me dicen
1. tr. Dicho del gallo: Cubrir a la gallina.
2. intr. coloq. Presumir de hombría, alzar la voz con
amenazas y gritos.
Entonces yo dije ¡joder! Es lo mismo que dice el DRAE.
Como se hacía la hora
de comenzar la clase, yo le expliqué, lo más breve posible, lo que es:
Galleo.- Hay animales,
como en este caso la marica, que cuando detectan la presencia de algo que cree
representa un peligro, reaccionan con sus gritos para avisar ¡cuidado! tenemos
un peligro a la vista, no os descuidéis, estad alerta. Y a ése es al galleo que el escritor se refiere. La
solución que da la Cátedra Miguel Delibes, desde el DRAE, está muy bien pero
aplicada en el momento oportuno.
Y así pudo ser como yo aprendí lo que es el
galleo de la perdiz repullando al
alzar el vuelo, o el de la marica, picaza, urraca, pega, etc. cuando detecta un
posible peligro.
Pero no, cuando yo nací, sobre el tejado del colgadizo bajo el que mis hermanos ordeñaban a las ovejas, una marica galleaba porque detectó que un peligro acababa de nacer.
Pero no, cuando yo nací, sobre el tejado del colgadizo bajo el que mis hermanos ordeñaban a las ovejas, una marica galleaba porque detectó que un peligro acababa de nacer.
GRANDE ES LA OBRA DE DELIBES: PROTEJÁMOSLA.
Las perdices acosadas por los cazadores están como para ligar o presumir de "hombría". Como siempre, muy puesto en razón, Gaude.
ResponderEliminarUn día -que los ánimos estén más atemperados- le vamos a dedicar una entrada a este tema que, sólo de pasada, hemos comentado.
ResponderEliminar