domingo, 29 de junio de 2014

En Camisas de Once Varas: Lía.

Cada poco tiempo pido -sobre el lenguaje rural- que el que más sepa que más diga. Lo digo convencido de que muchas palabras se van desvirtuando porque sólo se oye al que habla y se lee al que escribe. Sin embargo hay muchas veces que el que verdaderamente conoce el significado de la palabra es aquél que no habla ni escribe sobre ella.

Sobre la palabra que hoy traemos hasta “En camisas de once varas” sé que existe controversia -he mantenido alguna discusión sobre ella- a veces sin llegar a ningún acuerdo. Lo que a continuación digo es fruto de la experiencia que da la venta directamente al público en la tienda de mis padres. Vean:

lía n.f. Soga de esparto trenzada que se utiliza para atar los haces. (Sic).

Esto nos dice el DCT en su página 98.

Sin embargo los diccionarios DRAE y DUE nos dan una definición que nos parece más correcta porque no dan a la lía un uso determinado como le da el DCT.

Veamos lo que es, para el que suscribe, la:

Lía.- Soga de esparto trenzado que, cortada a la medida adecuada, se usa para distintos fines. Veamos algunos usos: colgar las uvas en el sobrado (hoy buhardilla), tender la ropa a secar, atar cargas etc. etc. Como vemos, para cada utilidad se usa la soga trenzada con arreglo a la medida necesaria: ésa es la lía.

Por otra parte, la soga de esparto trenzada que se utiliza para atar los haces es el atillo (atillo, de atar, sin hache) que tiene la medida predeterminada desde su fabricación. Veamos.

Las sogas de que hablamos se fabricaban en largas longitudes. Estas sogas se recogían en madejas llamadas mazos con la longitud exacta para que al cortarlas por la mitad quedaba la longitud exacta –previo nudo en sus extremos- para atar los haces de mies y otros.

Estas sogas empaquetadas se recibían en casa (véase tienda) en fardos compuestos por varias madejas (mazos) y se vendían a gusto del consumidor: en mazos de varios atillos, o directamente cortadas y anudadas por número de atillos.

O sea, Fardo: conjunto de varios mazos (lías). Mazo: madeja de lía que al cortarlo por la mitad, y una vez anudado sus extremos, se convertía en atillos para atar los haces. Por tanto:

Lía: se decía de la soga de esparto trenzado a la que se daba la longitud adecuada a cada necesidad: no tenía medida predetermina como el atillo.

IMPORTANTE FUE EL ATILLO EN EL MUNDO RURAL, CONSERVEMOS LA PALABRA.


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