A veces encuentro palabras -raras en mi pueblo- pero que despiertan en mí cierta curiosidad. Es el caso de la palabra que hoy traemos hasta En camisas de Once Varas. Es una palabra que Delibes usa con asiduidad en varias de sus obras pero sin decirnos con claridad qué es en ninguna de ellas (lo da por supuesto). Entonces venimos los “expertos”, lo interpretamos a nuestra manera y soltamos esto:
Cerviguera: Conjunto de plantas de la misma especie que nace en los arroyos. Son fuertes, perennes, ásperas, y al tirar de ellas parece que cortan. (Investigación de campo). (Sic).
La investigación de campo la descartamos: nadie nos ha dicho que la cerviguera es lo que acabamos de teclear, si no es que hemos investigado por el Paseo de la Castellana adelante. Entonces, por la explicación del experto, parece que debemos aceptar que la cerviguera la forma un solo tipo de planta, que además se cría en los arroyos y, para más señas, también parece que cortan.
Por todo lo expuesto pregunto: ¿en cuál de sus obras Delibes nos describe la cerviguera? Bueno, no me acordaba, el autor nos dice que es fruto de su “investigación de campo”. Entonces me surge otra pregunta: ¿dónde investigó el autor de la definición? En el mundo rural no, imposible, en él he preguntado yo y éste es el resultado:
Cerviguera.- hasta ahora lo que podemos deducir es que
necesariamente es sitio normalmente húmedo, borde de arroyo, río, etc. A partir
de aquí puede ser desde un lindazo, un promontorio, una pendiente no excesivamente
grande y siempre cubierta por plantas (de todo tipo) que unas cortan y otras no,
hasta robles, encinas, etc. Esto sí que nos lo dice Delibes en varias ocasiones.
¿Por qué mi preocupación? Verá
usted: hace unos días escuché en una radio de ámbito nacional esto: “¿existe la
palabra cerviguera?” Y el experto en lenguaje echó mano de la definición que
nos ofrece aquél que nunca ha visto, ni olido, una cerviguera: El señor
Urdiales. Ahora a ver quién puede rebatir esta opinión si el que la da se auto intitula experto
en Delibes y, además, está avalado por el Instituto Castellano y Leones de la Lengua
y la Cátedra Miguel Delibes, entre otros ilustres urbanitas –dicho con todo
cariño y respeto- que tampoco saben de qué va.
Y ahora ahí va mi opinión: el
señor Urdiales ha entrado en el mundo rural -por eso también en el de Delibes-
como elefante en cacharrería. ¿Qué es una cacharrería? Pues donde se hacen
herradones de barro (nunca de latón) para ordeñar a las ovejas y se hacen cerca
de donde están los cipreses más papujados que el cronista Delibes haya visto,
¿se acuerdan?
Afortunadamente aún quedamos
algún Nini que otro, al que el señor alzhéimer aún respeta, y todavía nos
acordamos de algunas cosillas que no habrá nadie capaz de interpretar
caprichosamente.
Un último consejo -si se me
permite- para el autor de la glosa: con sólo que lea usted atentamente “Las
guerras de nuestros antepasados” se dará cuenta de que su definición de
cerviguera es desacertada, al menos en la narrativa de Delibes, que es lo que
perseguimos, al menos este aficionadillo ex pastor.


Y ya no quiero abusar más de su
paciencia, pero no quiero despedirme sin hacer una invitación a leer una
definición de cerviguera que, a todas luces, se ve estudiada y trabajada: me
refiero a la recogida en el glosario "En torno a la palabras de Delibes" que
Luciano López Gutiérrez pone a nuestro alcance. Todo sea porque los expertos
aprendan.
Nota: Por el interés despertado nos proponemos, D.M, emitir "Cerviguera 2" por lo que creemos que el futuro de la palabra se presenta halagüeño.
S.O.S. POR EL LENGUAJE RURAL.
Nota: Por el interés despertado nos proponemos, D.M, emitir "Cerviguera 2" por lo que creemos que el futuro de la palabra se presenta halagüeño.
S.O.S. POR EL LENGUAJE RURAL.
Creo, amigo Gaude, que, como de costumbre, tus pesquisas van por muy buen camino. Delibes emplea esta palabra, y además mucho, para aludir a las laderas, a los terraplenes, a las pendientes que enmarcan, por ejemplo, los cauces de los ríos, a las inclinaciones que comunican los altos con los bajos. No sé de dónde ha sacado su acepción el experto. Simplemente con leer a Delibes se deduce este significado, sin investigación de campo. Las instituciones que están provocando que se extiendan las acepciones totalmente desquiciadas del autotitulado experto o no han leído lo suficiente a Delibes, o no han leído el "diccionario" surrealista del investigador de campo, aunque quizás hayan usado ¡fondos públicos! para dar a la luz semejantes dislates. También pueden ser verdad ambas alternativas: no han leído lo suficiente ni a uno ni otro.
ResponderEliminarHe dicho en reiteradas ocasiones, y sigo repitiendo: ¡no han leído a Delibes! porque de ser así no me extrañan las estadísticas que dicen: ¡No comprendemos la lectura!
EliminarPero eso sí: Ahora nos conocen.y aclaman.¿Recuerdan El oso la mona y el cerdo? Pues eso.