Tengo que reconocer -y reconozco- que tiene que ser muy fácil, para aquél que no distingue entre la realidad de la cañada merinera y el Paseo de La Castellana, encontrarse en un instante en medio del campo y con un simple vistazo creer que aquello, para él, no guarda ningún secreto. Él no puede comprender que el mundo rural -la naturaleza- entraña muchos misterios que todavía nadie ha sido capaz de desentrañar.
Es muy difícil comprender al Azarías en sus sentimientos hacia lo que para el
señorito no era más que un simple pájaro con plumaje negro azulado. Por eso él que
era, sólo, de ciudad, no entendía lo que se puede sentir por las milanas, y por
eso le ocurrió lo que fatalmente le pasó: aquél no era su mundo.
A través de la obra de Delibes
llegó el doctor al campo, creyó que también allí valía su título “cum laude”
sin darse cuenta que esto es distinto al tribunal universitario que juzgó su
tesis: esto era, es, otro mundo.
Vean por qué intento decir lo que
siento –no sé si lo consigo-:
Pinar1.
1. m. Sitio o lugar poblado de pinos. (Sic).
1. m. Sitio o lugar poblado de pinos. (Sic).
Así se expresa el autor en la
Cátedra Miguel Delibes.
Para aquéllos que no hayan leído –si
es que queda alguien sin leerlo- “los Santos Inocentes” de Delibes, quiero
reproducir una pequeña parte de la escena en la que el escritor relata: “… sin
responder, en tanto el señorito Iván pinaba unas ramas secas para perfilar el
tollo, bajo la encina, (…)”.
El que desconoce el mundo rural,
no entiende de pinar más allá de aquello que aprendió en la enseñanza primaria,
o lo que el DRAE dice: “sitio o lugar poblado de pinos”. Pero el escritor va
más adelantado, y sabe que cuando va a construir un tollo (una espera,
escondite o cabaña) para esperar a la caza si ser visto, el pinar significa nada más que
poner pinas (de pie o empinadas) unas ramas tras las que se ocultará para no
ser visto por la caza. Ésta es la diferencia entre el experto Delibes y el que cree
ser experto porque salió un fin de semana al campo y creyó volver doctorado en
ciencias de la naturaleza.
EL MUNDO RURAL ES MUY BONITO,
NUNCA FUE FÁCIL: CONSERVÉMOSLO.
Tu nueva entrada me ha dejado estupefacto. He tenido que comprobar en la Cátedra Miguel Delibes que era cierto lo que decías. ¡Cómo se puede confundir un sustantivo con un verbo! Además, "pinar" 'levantar, alzar' es muy frecuente en los escritos de don Miguel, y es una acepción que, aunque no esté registrada en el diccionario, es usual, al menos, en Valladolid, Burgos, León y Palencia. Y en Cantabria se usa la variante "pingar".
ResponderEliminarEs el fruto amargo de la ambición. Ni siquiera leer, ¿para qué? Delibes me proporciona la palabra y el DRAE la respuesta. Y, para el doctor, los paletos no se enteran. "La falta de cultura da estas variaciones fonéticas" dice el experto.
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